Se acaban los misioneros
Los números, números son: la Iglesia en España, en 2023, es la que más misioneros tiene aún por el mundo, 9.932. De esos, 6.042 están en activo y 3.890 en España
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Iniciar sesiónHace unos días el organismo encargado de la misión 'ad gentes' en España, Obras Misionales Pontificias, presentó su Memoria anual de actividades. La síntesis de algún titular periodístico fue la siguiente: «Alarma entre los misioneros españoles: su número desciende, por primera vez, de ... los diez mil (y solo 6.042 en activo)». Los números, números son. No hay que obsesionarse con los guarismos, pero tampoco obviarlos. La Iglesia en España, en 2023, es la que más misioneros tiene aún por el mundo, 9.932. De esos, 6.042 están en activo y 3.890 en España, dedicados a la animación misionera, en espera de destino o en otras situaciones sin especificar. El 53 por ciento son mujeres y la edad media está en los 75 años. Una idea del descenso en el número de misioneros. En el año 2012 eran casi 14.000; en 2018 había 10.939 misioneros registrados en la Dirección Nacional de Obras Misionales, 55% mujeres y 45% hombres, con una media de edad también de 75 años. Entonces no se especificaba cuántos, del número total, estaban en España.
[Todos los artículos escritos por José Francisco Serrano Oceja]
Otros datos que nos pueden ayudar a entender la relevancia de las misiones para la Iglesia es que existen 1.123 territorios de misión, es decir, las zonas en las que la Iglesia está en sus inicios. Constituyen un tercio de las diócesis de todo el mundo y ocupan el 43,13% de la superficie de la tierra. El 45,7% de la humanidad vive en esos territorios. Un 44% del trabajo social y educativo de la Iglesia se desarrolla ahí. Por mucho que tengamos la sensación de que el Evangelio ha llegado hasta el último rincón del mundo, o hasta el último habitante del planeta, la realidad es que una parte no desdeñable de la humanidad aún no ha oído hablar de Cristo.
La realidad es que una parte no desdeñable de la humanidad aún no ha oído hablar de Cristo
El descenso de los misioneros depende, lógicamente, del descenso generalizado de las vocaciones. Si algo es la Iglesia es misionera y esa debiera ser su prioridad. Se acaban los agentes, pero no la misión. La primera e inmediata actividad comienza en los territorios que fueron cristianizados, ahora descristianizados, objeto de una nueva misión.
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