Españoles en los incendios del Mediterráneo: «Había llamas en la autopista. Sicilia es una antorcha en estos momentos»

Este profesor tenía un viaje programado para investigar los archivos de Roma, pero primeramente decidió hacer una pequeña parada en Sicilia. Antes de subir al avión, Ryanair, compañía con la que viajaba, informó a los pasajeros de que les habían desviado el vuelo a Palermo al aeropuerto de Trapani.

Su destino era Siracusa y para llegar hasta allí tuvo que coger un autobús hasta Palermo Centrale, donde cogería un tren hasta esta ciudad situada en la costa jónica de Sicilia.

Cuando el tren llegó a Catania, el fuego les impidió avanzar y la compañía, Trenitalia, dejó allí a los viajeros, los cuales, tal y como manifiesta Julio Guinea, no recibieron ninguna información ni ayuda sobre cómo continuar su camino. «Ha sido un caos y no nos han asistido en nada», declara.

La alternativa para llegar a Siracusa fue coger otro autobús atravesando una carretera alcanzada por el fuego: «Había llamas en la linde de la autopista. Sicilia es una antorcha en estos momentos, está llena de humo», explica Guinea.

Una vez en Siracusa, el profesor considera que está fuera de peligro. Sin embargo, mañana tiene que volver a Palermo para continuar con su viaje hacia Roma. «Confío en que sea posible», señala, aunque añade: «Me siento descorazonado por la falta de medios y de información. Sicilia está abandonada. ¿Dónde está el Gobierno? ¿Y la Unión Europea?».

Expone que en la estación de Palermo la temperatura alcanzaba este martes los 44 grados y no había ni una sombra ni una sala de espera donde poder resguardarse. Además, en esta ciudad se encontró con fuego por todas partes y recuerda el templo de Segesta, en su camino hacia la capital siciliana, rodeado por las llamas. «No están preparados para estas olas de calor. Hay una gran falta de medios. No hay ni suficientes aviones ni gente para sofocar el fuego», denuncia.

Ana, una española residente en Rodas, explica en ABC que tienen esperanzas de que el fuego pueda empezar a controlarse este miércoles en Rodas, una de las islas de Grecia más afectadas por los incendios forestales, debido a que el viento no sopla con tanta fuerza. Aun así –advierte– es complicado por las altas temperaturas que superan los 40 grados.

«Todo el mundo está movilizado. Los centros de acogida están cerrando porque los turistas afectados ya han regresado a sus países y el aeropuerto vuelve a la normalidad», detalla.

No obstante, son condiciones muy duras, y añade: «Hay sospechas de que los incendios están siendo provocados, pues se han encontrado en los bosques botellas rellenas de gasolina, así que la gente se está movilizando para que no haya nuevos focos. Es muy triste. Esperemos que detrás de esta tragedia no haya motivos económicos o empresariales, porque en la isla hay mucha corrupción», subraya.