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Cataluña elimina lecturas obligatorias para Selectividad: «Dentro de unos años, en las aulas solo jugaremos y pintaremos»

Docentes y expertos advierten del riesgo de «menospreciar» la lectura y aseguran que se empobrecerá el currículo del alumnado catalán

Así es la nueva Selectividad que el Gobierno está probando para instaurar en 2024

Varios alumnos antes de comenzar la selectividad en Barcelona ABC
Esther Armora

Esther Armora

Barcelona

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Los alumnos catalanes que el próximo año realicen las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) –la EBAU catalana– ya no se examinarán de las lecturas obligatorias de Literatura Catalana y Castellana. Es decir, dejarán, por primera vez, de tener los cuatro libros de lectura obligada (dos en cada lengua) que tenían hasta ahora, y en la etapa de Bachillerato trabajarán solo las obras que determinen sus institutos.

Así lo han acordado el Consejo Interuniversitario de Cataluña (CIC), máximo órgano de representación de las universidades catalanas, y el Departamento de Educación de la Generalitat en una nota conjunta que han remitido a los institutos. En el comunicado, consultado por ABC, se avanza que solo mantendrán obras de lectura obligatoria aquellos estudiantes que escojan, para subir nota, la materia optativa de Literatura Castellana o Catalana.

Entre las obras que dejarán de leer de forma obligada se encuentran clásicos como 'Nada', de Carmen Laforet y 'La Fundación', de Antonio Buero Vallejo, en el caso de Literatura Castellana; y 'La plaza del Diamante' de Mercè Rodoreda, y 'Aguas Encantadas', de Joan Puig i Ferreter, en Literatura Catalana.

Tras la debacle de PIRLS

Profesores y expertos consultados por este diario advierten de los riesgos de estas nuevas directrices de la Generalitat y del impacto que tendrán en el alumnado. Coinciden en que la retirada de las lecturas obligatorias «empobrecerá» la calidad educativa y empeorará «aún más» los malos resultados de los estudiantes en comprensión lectora.

«Es una vergüenza que eliminen las lecturas obligatorias de las materias de lengua en el Bachillerato. De aquí a unos años, en el aula solo jugaremos y pintaremos», señala en redes sociales el profesor de Lengua y Literatura Catalana Max Pàrraga Díaz. Sonia Sierra, profesora de castellano y secretaria de Docentes Libres, critica con contundencia la medida.

«El desprecio del Departamento hacia la literatura es muy evidente. Quitan el único contacto con obras clásicas que tenían los alumnos en toda la secundaria». A su juicio, la medida supone «un paso más en la degradación del sistema catalán que demuestra la falta de intención del Departamento de revertir los resultados nefastos de la educación catalana en todos los indicadores internacionales».

La medida impulsada por el Govern se produce cuando Cataluña estaba intentando reparar con planes impulsados desde el departamento de Educación los «catastróficos» resultados del informe PIRLS (Progress in International Reading Literacy Study), y del último Informe PISA, análisis ambos que se dieron a conocer a finales de 2023 y en los que alumnos catalanes obtuvieron las peores marcas en varias competencias, entre ellas la compresión lectora.

El documento pactado por el CIC y la Consejería expone que en el bloque correspondiente a literatura, «se propondrán dos opciones con breves textos alrededor de los que se harán preguntas de educación literaria que, de acuerdo con la orientación del currículum, estarán centradas en aspectos temáticos, tomando como base los tópicos literarios, de género literario, recursos literarios, etcétera».

Fuentes de la Consejería de Educación consultadas por este diario aseguran que este cambio estaba previsto ya desde el año pasado para adaptar la Selectividad a las nuevas directrices que marca la nueva ley educativa estatal (Lomloe) que impulsa una educación más competencial. «Como se anunció el pasado año, las PAU de 2024 serán las últimas que evaluarán este modelo, tras una prórroga», señalan desde el departamento.

Añaden que «ahora, con el nuevo currículum competencial, cada centro trabajará la educación literaria con las lecturas que considere (el Departamento de Educación está proveyendo de propuestas sobre lectura guiada e itinerarios literarios). Por tanto, no habrá una lista de lecturas concretas obligatorias, pero el alumnado de Bachillerato tendrá que hacer diversas lecturas para consolidar las competencias y los saberes necesarios, a propuesta del centro. La lectura en Bachillerato sigue siendo obligatoria, tanto en las materias comunes (que no tienen lista concreta) como en las de modalidad (que sí las tienen)», aseguran desde la Consejería.

«En consecuencia, hemos acordado que las PAU de 2025 y posteriores evalúen la competencia literaria con preguntas sobre tópicos, género y recursos literarios, basadas en fragmentos que no necesariamente serán los mismos que habrán leído los alumnos, pero que les servirán para conectar con los saberes aprendidos y las lecturas realizadas durante la etapa, evaluando el juicio crítico y la comprensión lectora», concluyen desde el departamento.

«Al menos leían cuatro libros»

Joan Cumeras, director del Instituto Santiago Sobrequés i Vidal de Gerona y miembro de la Junta Central de Directores, expresa en declaraciones a ABC su sorpresa por una medida que le consta que no ha sido reclamada por los docentes y que cree que la Generalitat ha tomado con la intención «de avanzar hacia un sistema más competencial y menos memorístico».

Cumeras advierte de que «existe el peligro de que al no ser reclamada en las PAU, la lectura, que hasta ahora era de dos libros de catalán y dos de castellano, pierda peso». «Todo el alumnado que iba a las PAU, leía al menos cuatro libros. Ahora puede que el alumnado tienda a preocuparse más de cuestiones genéricas sobre la literatura, que de la lectura en sí», afirma.

«Sin esta obligación, –añade– será trabajo de los docentes adaptarse a este cambio y haciendo lo posible por motivar al alumnado, que normalmente está centrado sólo en lo que entra en las pruebas». «Nos jugamos mucho. Como sociedad no podemos permitirnos menospreciar el valor de la lectura si queremos preparar a los jóvenes para la vida y no sólo para superar una prueba», dice.

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