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Venecia se hunde: a un paso del apocalipsis

La acusación del patriarca de Venecia a los políticos: «Basta de propaganda y falsas promesas. La ciudad no puede ser Disneyland». Los daños ascienden a más de mil millones de euros

vista de turistas y residentes paseando por la inundada Plaza de San Marcos de Venecia, al norte de Italia EFE / EPA | Vídeo: ATLAS
Ángel Gómez Fuentes

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No hay tregua para Venecia . Son días de angustia y pesadilla sin fin para los venecianos. Al verla indefensa bajo el agua, la ciudad de los canales, una belleza única patrimonio de la humanidad, está en la mente y en el corazón de todo el mundo. Ha sido un impacto universal como ocurrió con el incendio de la catedral Notre Dame de París. «La apocalipsis de Venecia», ha sido el dramático titular del periódico local «Il Gazzettino». Se echa la culpa al cambio climático. Pero el patriarca de Venecia, monseñor Francesco Moraglia, desde su basílica de San Marcos, herida por el agua salada del mar, acusa sin piedad a los poderes públicos por el desastre: «Nunca se ha visto algo parecido; esta ciudad no puede ser herida cada año. Me amarga la inercia del gobierno central. Solo hicieron promesas: el Moisés no se sabe dónde está ».

En efecto, todos los venecianos están furiosos por la irresponsabilidad de diferentes administraciones públicas incapaces de poner en marcha el MOSE (módulo experimental electromecánico) , el faraónico proyecto llamado Moisés porque evoca al personaje bíblico que separó las aguas del Mar Rojo. Iniciado en el 2003, para salvar la ciudad de las mareas, aún sin terminar, supone un escándalo por su corrupción y el retraso bíblico en la ejecución. En el Moisés los italianos ven un espejo de la política del país , puesta en la picota por el patriarca de Venecia: «No podemos ya permitirnos la propaganda; es necesaria una política próxima a la gente. Esta ciudad no puede ser Disneyland» , ha dicho a «La Repubblica» el patriarca Moraglia.

La pesadilla para los venecianos se mantiene desde que el martes a las seis de la tarde las sirenas comenzaron a lanzar diversas alarmas . La marea llegó a alcanzar los 187 centímetros, la segunda más alta de la historia, afectando al 83% de la ciudad. Solo siete centímetros menos que la del 1966, que fue un evento meteorológico excepcional sin precedentes. El agua altísima, furiosa e irrefrenable invadió la basílica, la mitad de las iglesias, casas, hoteles de lujo y tiendas, con todo tipo de objetos y mobiliario flotando en las aguas. Hasta las góndolas fueron arrastradas por los canales y las embarcaciones rompieron los amarres. Los comerciantes impotentes se echaban las manos a la cabeza porque sus negocios no los pueden asegurar contra el «acqua alta». Los daños se elevan a 1.000 millones de euros, según estima el alcalde Luigi Brugnaro . El gobierno, que decretó el estado de emergencia , ayudará con 5.000 euros a las familias y con 20.000 a los comerciantes. Hasta hoy mismo se han sucedido las mareas altas, algunas en el entorno de los 160 centímetros.

Patrimonio en riesgo

Todo el mundo ha visto imágenes alarmantes, escenas de catástrofe. En especial ha sobrecogido el daño y riesgo sufrido por el patrimonio artístico de Venecia. «Hemos estado a un paso de la apocalipsis», dijo Paolo Camostrini, procurador de la basílica de San Marcos . Esta obra maestra de la arquitectura bizantina, tiene «riesgo estructural» por la entrada de agua salada con las mareas altas, según explica el crítico de arte Vittorio Sgarbi : «La situación es grave. Se ha dañado el pavimento, las columnas, los mármoles y mosaicos, que ya sufrieron con la inundación del 2018; los materiales se están literalmente desintegrando, reduciéndose a polvo». Alarma especialmente la frecuencia de las mareas altas por el cambio climático. Es la segunda vez que se produce una marea grave en menos de 400 días , mientras solo cuatro episodios parecidos se verificaron a lo largo de 1.200 años .

El escándalo del Moisés

La situación de Venecia de los últimos decenios es la historia de un fracaso, cuyo emblema es el escándalo del Moisés, una obra colosal en la que se invirtieron 5.500 millones de euros, y casi otros 2.500 en obras accesorias. Por sobornos fueron arrestados 35 políticos y empresarios en el año 2014 . El Moisés tenía que haberse terminado en el 2012, nueve años después de iniciarse.

La población de Venecia se ha reducido en torno al 70% desde los años 50: hoy solo residen 53.000 personas

Luego se habló del 2016. Ahora, el gobierno asegura que la obra estará finalizada en diciembre 2021 . Ingenieros y ambientalistas consideran que el Moisés nace ya obsoleto, porque será insuficiente para afrontar la nueva situación climática. No será suficiente para salvar Venecia, según el arquitecto e ingeniero Carlo Rati , autor de «La ciudad del mañana»: «La hemorragia de residentes ha privado a la Laguna del control natural del territorio y del ambiente. Desde los años 50 hasta hoy la población de Venecia ha disminuido entorno al 70% – hoy solo hay 53.000 venecianos -. La ciudad se debe salvar partiendo de quienes la habitan».

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