Protestas frente al Congreso contra la «ley Celaá»: «Si no podemos elegir centro estamos muertos»

Entre pancartas con frases como «se vende la Constitución española, la lengua castellana y la asignatura de Religión», una marea naranja --convocada por la plataforma Más Plurales-- reclamó a los cuatro vientos «diálogo, libertad, tolerancia y consenso» . «Que el Gobierno de turno decida el colegio el que tienen que ir mis hijos me parece tremendo», aseguró Marta Deiges, madre de dos hijos que estudian en la escuela concertada.

Pese a las duras restricciones que impone la peor pandemia de los últimos cien años, entre los manifestantes no faltaron familias con sus hijos pequeños. Eran apenas un puñado, pero su presencia este viernes frente al Congreso con mascarillas y guardando las distancias de seguridad era muy significativa. «Tenía que venir porque debemos defender la educación que queremos para nuestros hijos. Estamos ante una ley que es un auténtico atropello porque no se ha consensuado con nadie», aseguró Clara Francés, con un niño en brazo y otro en el carro.

Para Francisco José del Castillo, secretario general de FSIE- Madrid, la ley Celaá tiene un objetivo muy claro: cercenar la libertad de enseñanza. «Si no podemos elegir centro estamos muertos» , aseguró este representante sindical, quien defendió «el derecho de las familias a elegir la educación que quieren para sus hijos».

Libertad, pluralidad, convivencia fueron las palabras que más se hicieron oír entre los manifestantes. María Fernández una profesora de Bachillerato en una escuela concertada criticó «la falta de empatía del Gobierno de coalición» hacia «tantas familias en situaciones problemáticas» que llevan sus hijos a un centro de educación especial y que esta ley pretende eliminar.

Convocada por la plataforma Más Plurales, el acto de protesta discurrió de forma pacífica. «Cada día somos más», aseguró Pedro Caballero, presidente de la Concapa, una de las asociaciones aglutinadas bajo esta plataforma, cuya campaña «más libre, mas plurales y más iguales», ya ha conseguido alcanzar más de 1,3 millones de firmas de apoyo.

La concentración concidió con la aprobación en la Comisión de Educación y Formación Profesional del dictamen final sobre la Lomloe (Ley Orgánica de Modificación de la LOE) antes de que pueda ser debatida el próximo jueves en el pleno del Congreso.

Durante la lectura del manifiesto, los manifestantes denunciaron «la fuerte carga ideológica» de la nueva ley educativa, y con la que el Gobierno pretende «cambiar radicalmente el modelo educativo, al eliminar derechos y libertades» y otorgar un papel subsidiario a la educación concertada con relación a la pública condenándola a su rápida desaparición».

También criticaron que «expulse y excluya del sistema educativo a más de dos millones de alumnos y de familias» de la educación concertada; relegue la asignatura de Religión y «condene al cierre de los centros de educación especial obligando a las familias a escolarizar a sus hijos en centros ordinarios aunque esa no sea su elección ni su voluntad».