Por qué un producto tiene éxito y otro no

Las catas ciegas que llevan a cabo los consumidores permiten a las empresas conocer qué aspectos valoran más y reformular sus artículos para aumentar las ventas

E. BARDISA

Los lineales de los supermercados están a rebosar de la más variada oferta de yogures o leches. Pero no todos tienen el mismo sabor y tampoco se venden igual. ¿Por qué? La mayoría de las veces, los productos con más éxito comercial han ... sido sometidos a la prueba más exigente de todas: una cata ciega protagonizada por los propios consumidores.

Ahí no hay trampa ni cartón porque los implicados desconocen en todo momento la marca de lo que están probando. De hecho los únicos criterios por los que se rigen son sus propias sensaciones. Vamos, si les gusta o no.

Pero, ¿en qué consiste realmente una cata ciega? Consumolab es el primer centro español dedicado a la investigación y estudio de las preferencias de consumo. «Empleamos técnicas de análisis y marketing sensorial para comprender por qué los consumidores aceptan o rechazan un producto y qué se puede hacer para encauzar su éxito en el mercado», explica Rosa Sanjuán, técnico del laboratorio. Únicamente tienen dos centros, en Madrid y en Valencia , por tratarse de zonas altamente representativas estadísticamente.

En busca de la mejor ensalada

Una de las últimas catas fue en la sede del parque tecnológico de Paterna, un grupo de seis personas probaron ensaladas de cuarta gama de tres marcas diferentes. El objetivo, averiguar cuál de ellas tiene más aceptación.

Los catadores están en cabinas individualizadas para evitar cualquier contacto entre ellos. Cada uno dispone además de un ordenador en el que irá anotando sus respuestas. El alimento se les presenta dispuesto en platos y con un número identificativo, sin nada que pueda relacionarlos con ningún nombre comercial. Primer bocado y primera pregunta. ‘¿Cuál es su valoración global?’, que el usuario debe calificar en una escala del 1 al 9. Las cuestiones se van sucediendo: ¿la cantidad de zanahoria es suficiente?, ¿de lechuga iceberg? y ¿de col lombarda?

Además deben puntuar la frescura, si tiene defectos, el tamaño de las hojas, si la textura es tersa... A continuación, se le pide que la aliñe tal y como la tomaría en su casa para saber si compraría alguna de ellas y cuál.

En algunos productos, además de la valoración de los atributos –olor, aspecto, sabor o textura– si un producto les ha parecido óptimo, después se les muestra el envase, la marca y se les informa del precio, para que tengan una impresión general y conocer si estarían dispuestos a adquirirlo. «Porque muchas veces sucede que el producto en sí pasa la cata ciega, pero después los consumidores lo rechazan porque el envasado les resulta incómodo o consideran que es demasiado caro», señala Sanjuán. Más información en Las Provincias

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