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'El Prenda' allana el camino a beneficios penitenciarios reconociendo ahora la violación

Pide perdón a la víctima de la Manada después de años de insistir en que se lo había inventado todo

Imagen de archivo de 'El Prenda' EFE / Vídeo: EUROPA PRESS

Isabel Vega

José Ángel Prenda, a quien el apellido sirve como mote, ha reconocido por primera vez que la agresión sexual perpetrada por él y otros cuatro individuos a una joven en los sanfermines de 2016 fue real. En un escrito desde prisión, donde sigue cumpliendo los 15 años de cárcel que le impuso en sentencia firme el Tribunal Supremo, reconoce los hechos que ha venido negando desde su detención y a golpe de recurso y pide perdón a la víctima , en un gesto que ha sido interpretado en el círculo de ella como una estrategia para acceder a beneficios penitenciarios.

Reconocer los hechos, pedir disculpas y reparar el daño son las tres pautas del camino a seguir, solo que el último paso no se ha completado y aún tardará. Ingresado en la prisión de Puerto III, en el Puerto de Santamaría (Cádiz), trabaja dentro del centro y fuentes de su entorno apuntan que de lo poco que percibe, una parte va para la responsabilidad civil. Son 100.000 euros que de 50 en 50 va a tardar mucho en abonar.

Entretanto, las miradas están en los otros cuatro, que no han dado este paso y se desconoce si lo harán, y que se encuentran igualmente cumpliendo condena por aquella agresión sexual en grupo que conmocionó a todo el país.

La carta, adelantada por 'Caso Abierto', fue escrita de su puño y letra, tiene fecha del 22 de julio y fue enviada a la Audiencia Provincial de Navarra, el primer tribunal sentenciador. En mayúsculas, manifiesta su «total arrepentimiento por el delito» por el que cumple su condena y su «solicitud personal de perdón a la víctima por los daños causados», que dice lamentar «profundamente». Se disculpa igualmente con los «familiares directos» de la joven.

«Que este perdón sea comunicado y transmitido a la víctima y sus familiares a través de los medios que dispone la Administración de Justicia para ello ( y que por favor conste en mi ejecutoria y expediente penitenciario esta solicitud por escrito y se me dé copia de la misma)», añade en un segundo punto. En el tercero y último se compromete a trabajar «incansablemente para reparar el daño por todo ello».

No es la primera carta que envía El Prenda desde la cárcel, aunque la versión ha cambiado radicalmente. En octubre de 2016, cuando se encontraba en prisión provisional por la violación en Pamplona, emitió un escrito desvelado por 13TV en el que calificaba la denuncia como una «mentira» que la víctima había vertido «para salir del paso» . «Espero que acabe con esto contando la verdad», decía sobre ella, después de defender que él «nunca» haría daño a una mujer. El mismo daño que ahora reconoce de puño y letra y por el que pide disculpas.

Recogía, no obstante, aquel escrito un «perdón», eso sí, sólo por «las barbaridades» dichas en un grupo de WhatsApp que sería analizado por los investigadores. Es el chat donde dejó escrito, tras la violación, el mensaje: «Follándonos a una entre cinco, puta pasada de viaje».

Fuentes del entorno del sevillano insisten en que pese a lo formal de la carta y la petición directa de que sea tenida en cuenta de cara a la ejecución de la pena no hay una estrategia jurídica detrás, sino una reflexión «personal» de alguien que está en su proceso de reinserción . Los efectos que tenga o no el escrito sobre su condena tendrá que valorarlos en todo caso la Junta de Tratamiento de la cárcel de Puerto III, donde está ingresado en un módulo de respeto, igual que el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria.

Hasta ahora, ha intentado conseguir dos permisos de salida, los que ampara el reglamento de prisiones cuando el reo cumple la cuarta parte de la condena. Ambos le han sido denegados, según informó Ep, porque no se trata de un automatismo: además del tiempo en la cárcel, se miden otros indicadores como la reinserción o el riesgo de reiteración delictiva y de fuga.

Agresión en Pozoblanco

El Prenda, además, espera sentencia firme sobre la condena que impuso el Juzgado de lo Penal número 1 de Córdoba por otro delito: tres años de prisión por atentar contra la intimidad, más un año y medio por abuso sexual a otra joven en la localidad de Pozoblanco, en Córdoba, también en manada.

La Audiencia Provincial confirmó la pena y elevó la cuantía de la indemnización a la víctima, pero la última palabra la acabará teniendo, de nuevo, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Durante aquel juicio sólo reconoció haber grabado y difundido las imágenes de la víctima en el chat sin que el resto de los condenados lo supieran. Sobre la joven y el abuso sexual que de acuerdo a la sentencia, perpetraron, guardó silencio.

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