«No es un juego, duele mucho»: una joven chilena relata cómo un eclipse parcial le quemó las retinas

Daniela Ponce compartía el pasado 30 de junio un vídeo en su perfil de Facebook en el que relata el «testimonio de persona real» sobre los riesgos oculares del eclipse, en referencia al conocido como gran eclipse solar sudamericano , que tuvo lugar este pasado 2 de julio . En Chile y Argentina fue total, mientras que en Uruguay, Paraguay, Ecuador y Brasil se conformaron con un eclipse parcial.

« Quedó tatuada la luz y la sombra del eclipse de sol en mis ojos », explica la joven chilena, que advertía sobre los efectos de mirar directamente un eclipse sin protección adecuada. «Miré y ¡pum! Me quemé inmediatamente. Tengan mucho cuidado, no es un juego».

«Duele mucho, me dio estrés postraumático, tuve que cambiar de carrera, fue una cosa que cambió mi vida para siempre ».

« Siempre hay que usar filtros solares especializados y que estén en buen estado . No deben usarse placas de radiografía, ni anteojos ahumados, ni vidrios de máscara de soldar si son de graduación inferior a 12», explica a la agencia SINC Beatriz García , astrónoma argentina del Instituto de Tecnologías de Detección y Astropartículas (ITeDA). Tampoco se puede mirar con binoculares . Si se ignoran estas medidas, advierte, se puede sufrir lesiones oculares graves, incluso ceguera. Los filtros solares suelen ser «gafas para eclipses» y deben estar certificados con la etiqueta ISO 12312-2.