Islandia estrena un sistema que captura el CO2 y lo convierte en rocas

Succionará hasta 4.000 toneladas de dióxido de carbono por año, el equivalente a las emisiones anuales de unos 790 automóviles

La captura directa de aire es una de las pocas tecnologías que extraen el gas de la atmósfera y los científicos la consideran vital para limitar el calentamiento global

Una instalación para capturar el CO2 del aire de Swiss Climeworks AG se coloca en el techo de una planta incineradora de residuos en Hinwil, Suiza 18 de julio de 2017 Reuters

La planta más grande del mundo diseñada para succionar dióxido de carbono del aire y convertirlo en roca ya ha comenzado a funcionar, dijeron el miércoles las compañías detrás del proyecto.

La start-up suiza Climeworks AG, que se especializa en capturar dióxido ... de carbono directamente del aire, se ha asociado con la firma islandesa de almacenamiento de carbono Carbfix para desarrollar una planta que succiona hasta 4.000 toneladas de CO2 por año.

Eso es el equivalente a las emisiones anuales de unos 790 automóviles. El año pasado, las emisiones globales de CO2 totalizaron 31.5 mil millones de toneladas , según la Agencia Internacional de Energía.

La captura directa de aire es una de las pocas tecnologías que extraen dióxido de carbono de la atmósfera y los científicos la consideran vital para limitar el calentamiento global , a la que se culpa por causar más olas de calor, incendios forestales, inundaciones y aumento del nivel del mar.

La planta, llamada Orca por la palabra islandesa 'orka' que significa energía, consta de cuatro unidades , cada una compuesta por dos cajas de metal que parecen contenedores de envío. La construcción de la planta costó entre 10 y 15 millones de dólares, según informó 'Bloomberg'.

Funcionamiento de la planta

Para recolectar el dióxido de carbono, la planta usa ventiladores para llevar aire a un colector, que tiene un material de filtro en su interior.

Una vez que el material del filtro se llena con CO2, el colector se cierra y se eleva la temperatura para liberar el CO2 del material , después de lo cual se puede recolectar el gas altamente concentrado.

Luego, el CO2 se mezcla con el agua antes de inyectarse a una profundidad de 1.000 metros en la roca basáltica cercana donde se mineraliza.

Los defensores de la llamada captura y almacenamiento de carbono creen que estas tecnologías pueden convertirse en una herramienta importante en la lucha contra el cambio climático.

Sin embargo, los críticos argumentan que la tecnología sigue siendo prohibitivamente cara y que podría tardar décadas en funcionar a gran escala.

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