El Ejército noruego no hará cambios para adaptarse a la entrada de mujeres

La polémica está servida, sobre todo después del caso que protagonizó la recluta voluntaria Alice Aspelund , obligada a bañarse desnuda junto con treinta soldados varones durante unos ejercicios militares en la ciudad de Bodø y que se ha convertido en una enemiga acérrima del servicio militar para mujeres. «Lloré y me sentí enferma y tuve problemas para volver a mirar a mis compañeros a la cara después de aquello. No puedo recomendar a otras chicas que vayan al ejército si es así». Esta semana se ha conocido que las fuerzas armadas noruegas no realizarán ningún cambio en esa política por lo que las mujeres tendrán que adaptarse a estas situaciones ya que «hay diferentes prácticas en las unidades en las que es necesario desnudarse y hacerlo en presencia de otros soldados», explicó el letrado del ejército Lars Moten Bjørkhold.

A pesar de todo, es posible que los oficiales noruegos tomen medidas para que las jóvenes no se sientan humilladas y se instaure un nuevo código de conducta una vez que se incorporen de forma obligatoria en julio. «El caso del baño nos ha hecho más conscientes de lo necesario que es exigir una buena conducta», ha declarado el portavoz del ejército Trond Kotte a la televisión danesa NRK.

La entrada de las mujeres en el ejército no se debe a una falta de soldados, ya que apenas 10.000 noruegos se incorporan cada año al ejército entre los 60.000 jóvenes que se encuentran en edad militar. Los reclutas se seleccionan después de pruebas físicas y psicológicas y se tiene en cuenta también su motivación. Noruega se convertirá, desde junio, en el único país de Europa en el que las mujeres tienen que realizar el servicio militar obligatorio en tiempos de paz.