Dentro de la zona de exclusión: «Esto es Sarajevo»

La ruta se inició en El Charco (Fuencaliente), donde empieza la zona desalojada de la parte suroeste de la isla, y siguió por Jedey (que forma parte de Los Llanos y también de El Paso); Las Manchas de Abajo, Puertos Naos, el mirador de Las Hoyas (en el límite entre Puerto Naos y Tazacorte); Las Manchas de Abajo y de Arriba, hasta retornar a El Charco.

Las zonas están completamente arrasadas, es ver la nada misma . La nada es un manto de ceniza sobre calles (muchas de ellas parecen alfombras porque no hay en ellas rastro ni humano ni animal); tejados y plataneras, muchas de ellas hundidas por el peso de la ceniza. «Esta ceniza no es como que la gente cree, es roca pulverizada con una densidad de 2,8 gramos por centímetro cúbico. Es como coger una roca y tritularla, y todo ese peso hunde las plataneras », explicó el vulcanólogo del IGN, Stavros Meletidlis .

El hecho de que algunos techos no estén derruidos se explica por la propia estructura y por la cantidad de ceniza que tienen encima. El elemento que puede hacerla más pesada aún y agravar el problema es el agua. « La ceniza es fina y el magma tiene agua, pero cuando sale se evapora, por lo que cae completamente deshidratada y es el agua de lluvia la que genera más peso», agregó el vulcanólogo griego, sin ocultar la preocupación por la llegada de precipitaciones.

Los pueblos son ahora completamente fantasmas ; un club de tenis entre Todoque y Puerto Naos abandonado, con las paredes bañadas en un verde sucio y lleno de ceniza pasó de ser un espacio para disfrutar a un lugar con cierto aire tétrico , como la estación de 'guaguas' construida pero aun sin 'estrenar'.

Por el recorrido, solo se veían a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a los periodistas y a un solitario gato perdido que se escondía y corría asustado hacia un callejón también lleno de ceniza .

En Puerto Naos, de cara al mar, algunos operarios trabajaban en las desaladoras (también parte de la visita organizada por el Gobierno de Canarias). De hecho, la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial puso en macha la segunda de las desaladoras portátiles instaladas en Puerto Naos para dar agua al Consejo Insular y seguir regando las plantaciones (básicamente plataneras) afectadas por el volcán.

El consejero responsable del área, José Antonio Valbuena , explicó que « con este paso logramos poner a pleno rendimiento las cinco entradas de generación de agua, que son el buque cisterna aportado por el Estado, las dos desaladoras portátiles, el pozo de Peña Horeb y una desaladora adicional de un hotel de Puerto Naos». Valbuena añadió que entre este miércoles y hoy jueves se logrará inyectar a la red hasta 6.000 m3 de agua .

Tras el paso por las desaladoras, el siguiente punto de la visita fue la fajana vista desde el mirador de Las Hoyas, en el límite entre Puerto Naos y Tazacorte. Casi a la misma altura (al menos desde la visión del mirador) aparecía una colada de lava destrozando por completo una platanera .

Después de rebasar el mirador llegó, posiblemente, la parte más terrible del recorrido por la zona de las Manchas de Abajo y de Arriba.

Cerca de una de las coladas del volcán podía verse, en Todoque, una casa convirtiéndose en ceniza. Alrededor, solo terrenos devastados y cubiertos por una nueva tierra gris que hacen las zonas irreconocibles y que exigen la ayuda de un mapa para localizarlas.

Las Manchas, de Arriba y de Abajo, solo muestran montañas de ceniza y casas, aún en pie, abandonadas en medio de un paisaje nuevo. El volcán genera una nueva tierra virgen y, al mismo tiempo, destroza todo lo que tiene delante.