El religioso español con ébola, sin hemorragias pero «desanimado»

García Viejo comenzó a presentar los primeros síntomas de la enfermedad el lunes de la semana pasada. Ayer superó el noveno día de la manifestación del virus, lo que estadísticamente indica que «está atravesando el momento más difícil porque es a partir de ese momento cuando los pacientes empiezan a empeorar».

El hermano «continúa con fiebre» y por el momento «solo recibe cuidados de soporte: se monitorizan las constantes vitales como la presión, temperatura, estado de hidratación...». No está recibiendo ningún tratamiento potencialmente curativo.

La falta de existencias del ZMapp , el medicamento experimental con el que se ha tratado a otros enfermos, ha planteado otras alternativas como la transfusión de sangre de una persona que haya superado el virus. En teoría, los anticuerpos que el donante logró desarrollar contra el ébola deberían funcionar en el nuevo paciente. Pero falta encontrar el donante más adecuado. Debería tener el mismo tipo sanguíneo que García Viejo, haber superado la enfermedad hace poco tiempo (un mes) y no padecer otras patologías. Había un candidato alemán que cumplía los requisitos pero estaba enfermo de hepatitis B y por eso se descartó.

La Orden de San Juan de Dios aseguró ayer que García Viejo continuaba grave «lo que nos obliga a tener paciencia y cautela en estos momentos tan delicados», afirmó Julián Sánchez, portavoz de la Orden.

El hospital en el que trabajaba García Viejo en Lunsar (Sierra Leona) fue clausurado como medida «preventiva y temporal», señaló la Orden.