Euforia tras la legalización de la marihuana en Uruguay

La mayoría oficialista del Frente Grande se impuso con 16 votos frente a los 13 del arco opositor. Jorge Larrañaga, principal candidato opositor del Partido Nacional, consideró «inentendible cómo la legalización de la marihuana es compatible con el deber de cuidar la salud».

El proyecto aprobado anoche considera que «todas las personas tienen derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud, al disfrute de los espacios públicos en condiciones seguras y a las mejoras condiciones de convivencia». Este párrafo es al que apuntaba Larrañaga quien trató de desbaratar los argumentos del Gobierno para aprobar la ley con un simil, « legalizar la marihuana porque la guerra contra las drogas fracasó es casi lo mismo que proponer eliminar el delito de rapiña porque no se ha podido con los rapiñeros».

A partir de ahora, en un plazo de diez días, el Gobierno deberá promulgar la reforma. La medida corre el riesgo de ser declarada inconstitucional además de atentar contra tratados internacionales suscritos por Uruguay.

La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), advirtió –antes de que se aprobara la ley- que ésta «contravendría lo dispuesto en la Convención única de 1961 sobre Estupefacientes» suscrita por 186 países, entre ellos, Uruguay.

Una vez promulgada, se estima que el proceso de reglamentación de la ley se extenderá hasta el próximo mes de abril y sólo cuando esté concluido podrán formarse, tal y como está previsto, los clubes de consumidores para organizar la siembra masiva de cannabis. En este marco se contempla la creación del Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca).

Venta en farmacias

En cuanto a la venta, serán las farmacias las encargadas de dispensar las drogas que, según lo previsto, se venderá a un precio –al cambio- aproximado de un dólar por gramo y habrá un límite mensual de de 40 gramos por persona.

En resumen, los uruguayos mayores de 18 años podrán acceder a la marihuana legal mediante el cultivo propio, clubs de consumidores o en las farmacias.

Al finalizar la sesión en la Cámara Alta, un periodista le preguntó a Mujica si consideraba que Uruguay estaba preparado para esta ley. «Totalmente preparados no estamos… pero es como todo. Tú, aprendiste a ser periodista cuanto te dieron la oportunidad. Si no te hubieran dado la oportunidad, nunca hubieras sido periodista», fue su respuesta.

Hasta ayer Uruguay se regía por una legislación muy similar a la española que no penaba el consumo pero sí su producción y comercialización. El presidente, meses antes de tratarse la ley, había declarado que ésta no tendría futuro sino recibía el apoyo del 60 por ciento de la población, la misma cifra, -según algunos sondeos, que, hoy por hoy, rechaza la medida.