El manto de la Virgen del Socorro del Amor recupera su esplendor perdido

La corporación ha querido presentar la restauración del manto en una exposición titulada ‘Bajo un manto de Amor’, una labor efectuada en el taller de Manuel Solano bajo la supervisión y asesoramiento del IAPH.

La hermandad ha dividido la muestra en tres partes: una primera dando a conocer las peculiaridades de la ejecución del manto, una segunda explicando el proceso de restauración y en la tercera está expuesto el manto de la Virgen del Socorro.

Entre 1953 y 1957 es ejecutado el manto diseñado por Joaquín Castilla y confeccionado en las dependencias del Amor por Conchita Fernández del Toro cuando tenía la edad de 71 años. Ya había cerrado el taller por su jubilación, por lo que la corporación instaló un taller en la calle Villegas, su sede, facilitándole los materiales y pagando semanalmente a la maestra y sus bordadoras.

El Amor cuenta con una amplia documentación gráfica, diseño y piezas de los más de cuatro años que duró la ejecución de una obra con un coste total de casi un millón de pesetas. Conchita Fernández del Toro obtuvo la medalla al mérito el trabajo en su categoría de plata por la confección de un manto casi irrepetible hoy día. Todo estos detalles encontrarán en la primera sala.

En la segunda se da a conocer todo el trabajo efectuado de la intervención del manto del Socorro. Incluso, la hermandad se propuso reconstruir digitalmente el diseño del manto y lo logró gracias al trabajo llevado a cabo por Sergio Cornejo durante seis meses. Recrear la plantilla digital del manto tal y como se concibió, corrigiendo algunas deformaciones producidas a lo largo de los años. Hasta un dron colocaron en el interior de la Colegial del Salvador para tomar imágenes de la pieza.

El 24 de noviembre de 2020, aún en plena pandemia, el manto era llevado al taller de Manuel Solano para su restauración. Una decena de bordadores trabajaron 24 meses para recuperar todo el esplendor del manto. Hubo que cambiar el terciopelo, se realizó un proceso de limpieza de parte de los bordados a través de la restauradora Laura Pol, y se ha rematado con una blonda encaje de bolillo de oro fino, copia exacta de la antigua, realizada por Alfonso Aguilar, contando con una longitud de 18 metros.

Cierra la última sala con el manto de la Virgen del Socorro restaurado. Joaquín Ruíz Franco-Baux es el comisario de una exposición donde podrá verse además la saya de marfil y toca de sobremanto, intervenidas recientemente por el IAPH. Ambas obras fueron diseñadas por Joaquín Castilla, a juego con el manto, y ejecutadas por Conchita Fernández del Toro.

La exposición 'Bajo un manto de Amor' ha sido inaugurada este jueves 9 de febrero con la presencia del presidente de la Fundación Cajasol , Antonio Pulido, del teniente de alcalde delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, del director del IAPH, Juan José Primo Jurado, del bordador y restaurador moronense Manuel Solano, del alcalde de Morón de la Frontera, Juan Manuel Rodríguez, y de nuestro hermano mayor, Juan Cruzado Candau.

A lo largo del proceso del restauración del manto la hermandad ha ido emitiendo varios documentales para explicar el proceso de la recuperación de la obra textil . En la última de ellas, Manuel Solano, autor de esta labor, indicó que Lo más dificultoso ha sido empezar, encontrar la tela, la tintada, hubo que devolver algunas de ellas. El terciopelo viene de Italia, de una localidad cercana de Como y es la más parecida posible al antiguo».

Una de las tareas más complicadas «fue la primera calle de ver como iba evolucionando el trabajo. Decidimos que parte del perfilado tendríamos que mantener . El interior se ha respetado al máximo, solo se ha perfilado el exterior. La reintegración han sido dificultosas por la altura y rellenos del bordado».

Se ha mantenido casi al completo todas las piezas de esta joya del bordado. «Se ha respetado al máximo la obra original y al 90% lo es. Piezas nuevas no se han hecho prácticamente, se han reintegrado lo mínimo. ha sido un reto porque es una de las obras más importantes de la Semana Santa de Andalucía y de los mejores bordados que existen».

El bordador ha reconocido que ha sido una tarea muy complicada, de los mayores retos de se su carrera. «Ha habido que trabajar con punzones para traspasar la aguja en prácticamente todas las puntadas, lo que ha hecho que la restauración se demore de tiempo».

Manuel Solano considera que hay que «fijarse en los relieves, alturas, paredillas de hojillas que lo hacen tan diferentes a otros bordados y ver como se han pasado y parecen estar en el mismo terciopelo».