gota a gota
Primer golpe. La fecha fija
De llevarse a cabo la revisión de la fecha de la Semana Santa se anunciaría oficialmente en 2025, Año Santo
El Papa Francisco y el Patriarca Bartolomé en Jerusalén en 2014
Si fuéramos ortodoxos hoy estaríamos en Domingo de Pasión. El que viene sería el de Ramos y el 5 de mayo el de la Resurrección. Aunque los países del oriente europeo de esta obediencia utilizan el calendario gregoriano para el día a día, que es ... el nuestro, para la Pascua -excepto Finlandia y Estonia- siguen con el juliano revisado. Lo que el Papa Francisco puso en marcha en 2015 fue un proceso de convergencia para que toda la cristiandad celebrara de manera común la Resurrección aunque hubiera que revisar la tradición de 1700 años de celebración movible de la Semana Santa. En esta linea se pronunciaron en su día en el Concilio Vaticano II. Es complejo conseguir en Roma más detalles de la reforma en la que están implicados dos dicasterios, porque las relaciones con los ortodoxos no son sencillas. Se trata de un grupo de iglesias «autocéfalas» soberanas en sus decisiones. De llevarse a cabo la revisión, por la que lucha el Consejo Mundial de Iglesias se anunciaría oficialmente en 2025, Año Santo, y precisamente el último año en el que coincidirían las dos pascuas hasta dentro de mucho tiempo.
La fecha fija a partir de 2026 establecería que el Domingo de Ramos sería entre el 1 y el 6 de abril, el primer domingo del mes. La movilidad del calendario formaba parte del rito de nuestra Semana Santa, pero tampoco era algo esencial. Mientras llega o no envidiemos a los ortodoxos: ellos hoy están en las vísperas aunque no sepan gozarlas como nosotros.
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