semana santa sevilla
El Pirulo, pequeño gran hombre
Pedro Andana, más conocido en Triana como 'El Pirulo', fue músico de las Tres Caídas y consiguió ser costalero de la Esperanza pese a su corta estatura
Sevilla
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Iniciar sesiónLa suya no es talla de pívot de la NBA. Más bien tiene la altura de los habitantes de los países bajos. Pero es un pequeño gran hombre capaz de entender que el mundo se divide en dos partes: la calle Pureza y lo demás ... . Es cocinero. Pero se hizo hombre en los fogones de la vida de la hermandad de la Esperanza trianera: limpió plata, fue monaguillo, nazareno y tambor de la banda de las Tres Caídas.
Su padre, capataz de la Virgen con Juan Borrero y Jesús Basterra, este último dueño de una frase que orla su trianidad: «hasta las moscas del caballo son bonitas», lo embulló en la identidad de ser y estar en la vida según los cánones de la collación. Con muy pocos años, en su casa, con un bote de Colón y dos cucharas de palo, empezó su primaria de tambor que, pasado el tiempo, llegaría a graduarse con la banda de las Tres Caídas donde lo tocaba como si hubiera ganado una guerra. Los vecinos soportaron su aprendizaje con el clásico: vaya el niño… No podían intuir que el niño se llevó doce años con una de las mejores bandas del mundo.
En esos doce años que tocó el tambor, acompañando y rufando, El Pirulo, que en el DNI dice que se llama Pedro Andana, conoció el resto del mundo que sobrevive más allá de la calle Pureza. Un lunes santo, con el Cautivo entrando en la Catedral y la banda esperándolo en la plaza del Triunfo, se ganó el reconocimiento de su chispa. Tras una valla donde esperaban los músicos la salida del libertador del Tirolinea, un colega suyo quiso pasarla, pero se lo impidió el servicio de seguridad.
Al Pirulo, que tenía pocos años, no se le ocurrió hacer otra cosa que llorar como un futbolista en su despedida, con tanta intensidad que te partía el alma. El colega insistía en que lo dejaran pasar y el Pirulo, engollipao y con el corazón en la boca, solo sabía dar jipíos y decir «¡¡papá, papá, papá!!». Picardía de gradas a la vera de la Catedral. El guripa se a apiadó y entró el colega que, desde entonces, el Pirulo lo llama per sécula, papá…
El año 2015 marca en el calendario vital del Pirulo el día en que se cumplieron sus sueños, el día en que el corazón venció al reglamento. Ese año salió por vez primera de costalero, acompañando a su Virgen, de corriente de la última, con la cuadrilla baja del palio marinero. Todos los años desde que dejó la banda se presentaba para igualá. Y todos los años le decían lo mismo: hasta que no crezca no hay nada que hacer. Nunca se rindió. Pero era consciente de que la Esperanza nunca se pierde y que hay que empeñarse en buscarla si te es esquiva.
En la igualá de 2015, Juan Manuel López Díaz, el capataz, le dijo que no se iba a morir sin cumplir su deseo de sacar esa apoteosis de luminarias, flores y emociones plateadas que recoge bajo su palio la virgen de Pureza. Y lo apuntó en el listín. El Pirulo, que así le llaman por contraste con la altura del Pirulí de la Expo, se colocó unos botines con unas plataformas, importándole un bledo el que tuviera aires de drag queen, porque el gozo de su corazón espantaba cualquier complejo o vergüenza estética. El Pirulo alcanzó su sueño, aunque lo alcanzara con botines de plataforma.
Tuvo que ver Juan Manuel López Díaz, su capataz, tanta verdad en el pequeño costalero que, de su bolsillo, para la salida de la madrugá siguiente, le regaló un par de botas Jhayber. A la que se le sumó un alza razonable. Y lo bordó. Aquella madrugá, debajo del paso, se le vinieron a la cabeza, de golpe, toda la gente que lo quiere: los hermanos Remesal, su capataz y las lágrimas de su padre en 2015, cuando el Pirulo llevó a la Esperanza en su costal por vez primera. Con el veneno verde de Pureza bendiciéndole su sangre, Pedro Andana, guarda de aquellos caudalosos años un costal verde en su mesilla de noche, unas baquetas colgadas en la pared de su cuarto y la medalla de la hermandad prendida del traje de chaqueta. Un tesoro que jamás podrá tener el Banco Central Europeo...
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