Es uno de los actos programados para conmemorar los cuatro siglos y medio de historia de la hermandad, una celebración que culminará el próximo noviembre, cuando sus dos titulares vuelvan a salir a la calle formando el stabat mater.
La tarde amenazaba con complicarse por el viento y algunas gotas de lluvia, pero nada impidió vivir uno de los momentos más esperados de la Cuaresma. Para la ocasión, la hermandad preparó unas andas especiales que permitieron trasladar al Cristo a San Andrés en posición erguida por primera vez, nada comparable a cuando presidió el Vía Crucis de las cofradías.
Este culto externo podría considerarse, hasta el momento, el que más público ha congregado en las calles de Sevilla. A primera hora comenzará la función principal, un momento inolvidable para sus hermanos, seguido del traslado del Cristo de la Expiración a plena luz del día, un hecho poco común. En los últimos años, la imagen solo ha sido recordada de día en dos ocasiones: cuando presidió el primer lunes de Cuaresma el acto central de las cofradías y en su última participación en el Santo Entierro Grande.
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