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Unidades en combate

La brigada de caballería «Pomorska»

Cargó contra la infantería alemana, sembró el pánico e hizo nacer el mito de los caballos contra tanques. Los jinetes era muy importantes en Polonia pero combatían principalmente a pie

La brigada de caballería «Pomorska» archivo

Rodrigo García-Muñoz Vaquero

La caballería era un arma de gran prestigio en el ejército polaco. Había salvado Varsovia de las fuerzas soviéticas en 1920 y su origen se remontaba a las guerras napoleónicas. En 1939, Polonia tenía la caballería más numerosa de Europa, con 70.000 jinetes, que constituían el 10 por ciento del ejército activo. Considerada un anacronismo por otras naciones, los polacos tenían en gran estima la movilidad y capacidad de maniobra de sus once brigadas montadas.

Una de ellas era la brigada «Pomorska», formada por tres regimientos: dos de lanceros ―el «16 Pułk Ułanów Wielkopolskich» y el «18 Pułk Ułanów Pomorskich»― y uno de fusileros montados ―el «8 Pułk Strzelców Konnych»―, todos entrenados para combatir principalmente a pie, siendo raras las ocasiones en que portaron lanza durante la campaña. Estas unidades de maniobra estaban apoyadas por el 11 Grupo de Artillería, con 12 cañones; el 81 escuadrón acorazado, con 21 tanquetas TK; una batería antiaérea; un escuadrón ciclista; uno de ingenieros; otro de comunicaciones y los corrrespondientes servicios. La plantilla teórica era de 6.143 hombres y 5.194 caballos.

El «18 Pułk Ułanów» protagonizó, el 1 de septiembre, la primera carga de caballería de la guerra, una acción que moldearía la imagen popular de la campaña polaca más que ninguna otra. Encargado de proteger la retirada del resto de la brigada y de una división de infantería, rechazó durante todo el día los ataques de la 20 División Motorizada alemana. Para contenerla, el coronel Kazimierz Mastelarz decidió atacarla de flanco con dos escuadrones montados, el 1º y el 2º, mientras el resto del regimiento mantenía sus posiciones. A las siete de la tarde, los 250 jinetes sorprendieron a un batallón de infantería enemigo cerca de Krojanty. Saliendo del lindero del bosque sable en mano, cargaron al galope contra los desprevenidos infantes y los pusieron en fuga. La súbita aparición de unos coches blindados alemanes, que empezaron a dispararles con sus ametralladoras, obligó a los lanceros a protegerse tras una loma dejando 20 jinetes muertos, incluido su coronel.

Este combate provocó en la retaguardia alemana el pánico a la caballería polaca. El propio general Guderian debió calmar al Estado Mayor de su XIX Cuerpo de Ejército cuando vió que emplazaban nerviosos un cañón contracarro temiendo la inminente aparición de jinetes enemigos. Sin embargo, cuando Indro Montanelli y otros periodistas llegaron al lugar donde yacían los polacos, les dijeron que habían muerto cargando contra unos carros de combate. Sus crónicas y la propaganda alemana extendieron un mito que ha perdurado hasta nuestros días.

La brigada de caballería «Pomorska»

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