Covid persistente, el problema es la enfermedad y ahora solo se ven los síntomas

Es preciso, asegura Pilar Rodríguez Ledo , responsable de Investigación de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), «que acabemos de estratificar y tipificar qué es lo que pasa con las personas que tienen covid a largo plazo, no solo para poder tratarlos etiológicamente para curarlos, sino también con el objetivo de reducir el número de pacientes que genera persistencia en los síntomas».

Existe una urgente demanda de disponer de parámetros, tanto dependientes del huésped como del virus, que sugieran una mayor probabilidad de desarrollar un covid persistente.

Afortunadamente se avanza. Un reciente estudio publicado en «Nature Medicine» y que analizó datos de 4.182 casos de Covid-19 mostraba que experimentar más de cinco síntomas durante la primera semana de enfermedad se asociaba con un Covid prolongado.

«Es cierto que gracias a la investigación hemos localizado algunos factores que pueden ayudarnos a identificar a estas personas», comenta Rodríguez Ledo , una de las principales impulsoras del proyecto de Covid persistente de la SEMG.

Por ejemplo, apunta, «si durante la primera semana de la infección aparecen cinco o más síntomas sabemos que hay una mayor posibilidad de que ese paciente tenga síntomas de covid de forma persistente. Además, parece ser que hay algunos síntomas que también nos sugieren un covid persistente, como la fatiga o la cefalea, pero, estos síntomas son también los más frecuentes entre las personas con covid, por lo que hay que seguir investigando».

Los autores del estudio de «Nature Medicine» señalan que su modelo podría usarse para identificar individuos en riesgo de Covid prolongado para ensayos de prevención o tratamiento y para planificar servicios de educación y rehabilitación.

«Esta investigación nos da una primera perspectiva de cómo podríamos identificar a estas personas para así poder tomar las medidas precisas, de la misma forma que ahora localizamos a los que tienen más riesgo de complicaciones y muerte», comenta la experta de la SEMG.

Así, de la misma forma que un clínico tiene que valorar el riesgo de una complicación grave, UCI o muerte, «habría que identificar al subgrupo de personas que pueden desarrollar covid persistente en el cual también tendríamos que intervenir -subraya la experta-. Porque, aunque aparentemente no tienen un riesgo vital, lo tienen de estar meses con síntomas».

Rodríguez Ledo explica que ya tienen un punto de partida: «Ya sabemos que si la primera semana debuta con plurisontomatología, cinco o más síntomas, entonces hay que pensar en un posible covid persistente».

En su opinión, lo primero que tenemos que hacer «es llamar la atención sobre estos pacientes», que tienen un problema específico.

Porque, reconoce, el verdadero problema es la «enfermedad», y ahora solo nos estamos «enfrentando a los síntomas».

Y espera que, con el tiempo, «asistamos a que se trate no solo a los que están más graves, sino también a este subgrupo con un tratamiento especifico para la enfermedad, no solo para aliviar los síntomas».

Para la experta, el objetivo sería reducir el número de personas que son covid-persistentes, que actualmente se calcula en el 10% del total de casos [Algunos estudios hablan de entre 5 y 10 millones en el mundo].

El impacto de la vacuna en estas personas también supone otro reto. «Sabemos que algunos les mejora, pero a otros les empeora. Necesitamos identificar quienes se benefician, porque esos sí deben ser vacunados, y quién no, porque a esos a lo mejor hay que plantearse si hay que ponérsela».

Actualmente ha tres etiologías del covid persistente , explica: que el virus permanezca acantonado en alguna parte del organismo, que la inmunidad innata del organismo no sea lo suficientemente potente para eliminarlo o que se haya generado una respuesta hiperactiva que sea la que dañe el organismo.

«Intuimos, y también hay diferencias al tipo de vacunas, que si la persona tiene el virus escondido en su organismo y le administramos una vacuna que tiene parte del virus, probablemente irá a peor. En estos casos habría vacunas que no estarían indicadas, y otras que sí, como las de ARN », afirma.

Además, continúa, hay un grupo de personas covid persistente a los que la vacuna les produce una nueva sintomatología, diferente a la que ya tenían. «Necesitamos saber más para entender lo que ésta pasando y dar una mejor atención».

En este sentido, la SEMG, en colaboración con la alianza de colectivos autonómicos Long Covid Acts , ha lanzado un estudio para saber cuál es el estado de salud tras laadministración de las vacunas frente al SARS-Cov-2 en estas personas.