Algunos de los recintos deportivos en todo el mundo cuentan con una mitología propia. San Siro o el Santiago Bernabéu en el fútbol, el All England Club de Wimbledon en el tenis, o el Staples Center de Los Ángeles de baloncesto son ... algunos ejemplos. En el automovilismo deportivo también hay auténticos monumentos, y en concreto uno de ellos ha puesto de moda una de las pegatinas más populares entre los aficionados al motor.
Se trata del stick de Nurburgring. Imitando el trazado del viejo Nordschliefe, el megalómano circuito en la región alemana de Eiffel, la pegatina del llamado 'Infierno Verde' es un clásico entre los que se autoproclaman auténticos 'motorheads', los que realmente sienten pasión por el automovilismo y la velocidad.
El diseño es tan austero como funcional: el trazado se corta en el centro por el nombre del cicuito, Nurburgring, en negro. Pocos son tan identificables en este particular mercado, muy habitual sobre todo en coches deportivos o pretendidamente 'coupé'. Automóviles como el Seat León, el Volkswagen Golf o los BMW de la gama M, la más deportiva, suelen contar con esta pegatina o similares.
¿Cómo se consigue la pegatina de Nurburgring?
Aunque ahora es tan simple como comprarlo en cualquier mercadillo o de manera online, en origen esta pegatina era todo un símbolo de 'status'.
De hecho, esta pegatina tiene su origen en un certificado que daban los responsables del Club Nürburgring a quienes completaran el trazado completo. Porque una de las características más claras de este recinto es que es semipermanente, es decir, que una parte de su asfalto es, durante los momentos en los que no está celebrándose ninguna carrera, una carretera de paso normal. Es habitual ver vídeos en las redes de gente que decide hacer el trazado con su propio coche.
En origen, quienes lo completaban, recibían un diploma cuyo símbolo era, precisamente, lo que ahora se ha convertido en una pegatina.
Este particular diseño ha sido copiado por los responsables de merchandising de otros circuitos de automovilismo del mundo. Por eso, también hay pegatinas similares de catedrales del motor como Monza o Le Mans o de circuitos con menos historia pero cuyos aficionados también reivindican, como el madrileño Jarama.
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