Una ortodoncista explica cómo debes guardar tu cepillo de dientes para evitar bacterias: «Es la mejor forma»

El baño es uno de los lugares más sucios de la casa, aunque suela guardar muchos productos de higiene personal

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Una ortodoncista explica cómo debes guardar tu cepillo de dientes para evitar bacterias TikTok

El baño es uno de los lugares más sucios de la casa. Sin embargo, es también el lugar donde solemos guardar muchos productos relacionados con la higiene personal, como el cepillo de dientes. Conscientes de ello, muchas personas buscan soluciones para protegerlo, como guardarlo en ... capuchones o fundas de plástico. Pero, ¿realmente sirven de algo estos métodos?

Sobre este tema ha hablado recientemente la ortodoncista Janira Sánchez, que suele compartir en redes consejos sobre su profesión. En uno de los vídeos más recientes de su cuenta de TikTok, explica por qué no basta con tapar el cepillo con una funda y cómo esto puede, en algunos casos, empeorar la situación.

Según la experta, usar capuchón no siempre es buena idea. La razón es sencilla: la humedad que queda atrapada en el interior puede favorecer la aparición de hongos y bacterias. Por eso, recomienda guardar el cepillo sin capuchón, en posición vertical, dentro de un armario cerrado y sin que toque otros cepillos.

Si alguien prefiere seguir usando capuchón, la ortodoncista aclara que debería ser uno con ventilación, y que el cepillo debe estar completamente seco antes de cubrirlo. Además, recomienda cambiar el cepillo cada tres meses, no compartirlo con nadie, guardarlo lejos del váter y lavarse las manos antes de usarlo.

El baño es un nido de bacterias

Al ser un espacio húmedo, el baño es el entorno perfecto para que proliferen microorganismos. Cuando dejamos el cepillo de dientes al aire libre, sobre el lavabo o cerca del inodoro, este puede contaminarse fácilmente con bacterias que circulan por el ambiente, especialmente tras tirar de la cadena sin bajar la tapa. Estos patógenos, pueden llegar al cepillo y terminar en nuestra boca, aumentando el riesgo de infecciones bucales o problemas como la gingivitis.

Por eso, mantener una buena ventilación en el baño es imprescindible. Siempre que sea posible, conviene abrir la ventana después de ducharse o al menos unos minutos al día para renovar el aire. En baños sin ventanas, lo recomendable es usar un extractor o, si no hay, dejar la puerta entreabierta para facilitar la circulación del aire.

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