Exhibición y paliza blanca en Granada

El insultante dominio de los de Ancelotti en los partidos se fabrica desde un concepto del juego alejado de la historia reciente del Madrid: la posesión del balón. En Granada, los blancos acumularon un setenta por ciento de dominio del esférico. Si a eso le unes que con Cristiano Ronaldo en el campo el equipo merengue siempre sale ganando 0-1 (a los noventa segundos ya había marcado el luso), bien podía haber ido Carleto al Mirador de San Nicolás a ver la puesta de sol más bella del planeta que en el banquillo de Los Cármenes nada se le había perdido. (Las mejores imágenes del partido)

En el Granada, el turrón peligra seriamente para Caparrós. Quique Pina ha dado muestras de sobra de no temblarle el pulso a la hora de mover de la silla al entrenador de turno cuando la cosa se ha puesto fea. El de Utrera suma uno de los últimos 18 puntos en juego y la zona de descenso comienza a oler el cogote de los andaluces. Los números son fríos y las sensaciones están congeladas. La propuesta de los nazaríes carece de seducción alguna. Ante el Madrid, con Piti lesionado y Fran Rico sancionado, Caparrós dejó el resto del talento, Márquez, Richina y El Arabi, en el banquillo en favor del músculo. Deprimente.

El tempranero tanto de Cristiano, en un error gravísimo de uno de los mejores jugadores rojiblancos, el colombiano Murillo, fue el gol número cincuenta del luso en 2014: Liga (30) Champions (11) Copa del Rey (3) Supercopa de Europa (2) y Portugal (4). Su récord está en los 69 de 2013. No parece complicado que en los dos meses de competición que quedan hasta que finalice el año Ronaldo vuelva a ponerse el listón más alto de lo que ya lo tenía.

Con los jugadores del Granada más preocupados por los tobillos de los futbolistas del Madrid que por pasarle la pelota a un compañero vestido con camiseta de rayas, los de Ancelotti sentenciaron el partido a la media hora con un golazo de James, en una volea sensacional a la escuadra de Roberto desde el pico del área nazarí. El chicharro del colombiano podría ser digno candidato al premio Puskas. Con 0-2 y Caparrós encargando una fábrica de chicles, llegó la lesión de Carvajal. Un problema de isquios mandó a la ducha al lateral derecho en detrimento de Arbeloa. Tiene guasa que el puesto que más rota Ancelotti sea el más castigado por las lesiones.

A los siete minutos de la segunda mitad, Benzema hizo el tercero tras culminar con la puntera una delicatessen de Cristiano en forma de asistencia con la espuela de su bota derecha. El galo sigue su idilio con el gol y ya acumula cinco en Liga, nueve en total en la temporada sumando los cuatro de Champions. Con el 0-3, el Madrid dio por acabada la fiesta de Halloween pero era truco y no trato. Rochina, El Arabi y Márquez (curiosamente los buenos, esos que dejó en el banquillo Caparrós) pudieron maquillar el resultado pero sería James, al filo del noventa, quien en boca de gol cerraría la enésima goleada de los blancos en Liga. La felicidad se ha comprado un piso en Concha Espina.