Miguel Poveda: «En lo que me quede de vida voy a insistir mucho más en divulgar la música flamenca»

-Fin de gira en Sevilla. ¿Qué pueden esperar los sevillanos de estos conciertos?

-Espero que cada concierto sea distinto. Intento que no sean previsibles. Alguna vez aparte de cambiar algo el repertorio, que los que me siguen ya conocen, intento dejar espacio a la improvisación y a la sorpresa. Ahora que llegamos al fin de gira con este trabajo he modificado cosas. He concentrado más el concierto a lo que es el flamenco más tradicional, algunas piezas de 'Diverso', por supuesto, pero que ya empiezo a adelantar lo que estoy grabando y lo que voy a presentar a partir del año que viene.

-¿A qué se deben esas modificaciones?

-Me lo pide el cuerpo. Eso es algo interior. Para mí Sevilla es especial, además. Entonces necesito mostrarme ante Sevilla de manera especial. Siempre lo hago, en todos los lugares, pero esta ha sido mi casa mucho tiempo, le debo mucho y estoy muy agradecido. Tú mismo te añades un plus para tu gente.

-Tres días de conciertos y con muchas sorpresas para despedir la gira.

-El mismo día 1 sale el single del disco que estoy grabando, 'Poema del Cante Jondo', el libro que escribió Federico García Lorca. Este va a ser un disco muy flamenco y tradicional que saldrá en abril del año que viene, pero ya muestro esto primero que tengo grabado, el mismo día que sale el single, y lo voy a cantar también en directo. Luego hago algo que no había grabado aún en directo, que es el himno de Andalucía de Manolo Sanlúcar, que es para Andalucía por todo lo que me ha dado y a través de un artista al que admiramos todos.

-Hablando del single y de su próximo disco, ¿qué es lo que le ha motivado a hacer este disco? Porque Lorca es frecuente y asiduo en su carrera, pero, ¿de dónde nace este proyecto?

-De la gratitud que siento hacia este poeta, que tanto ha hecho por el flamenco. Admiro a Federico por su obra, por su teatro, como músico, dibujante y como poeta ni te cuento, por sus valores humanos y su discurso hacia el arte, pero sobre todo por el flamenco. El flamenco le debe mucho a Federico porque hablaba maravillas de Manuel Torres, de Pastora Pavón, se involucró con Manuel de Falla en el año 22… Un chaval que tenía 24 años en aquel entonces e hizo aquella conferencia para convencer a todos los intelectuales de que el flamenco era una música de culto. Una conferencia brillante para decir que el flamenco debería formar parte de las fiestas del Corpus, allí en Granada, y que organizó Manuel de Falla y él se sumó en aquel primer concurso. Cómo hablaba del flamenco, de esta música maltratada y desfavorecida del pueblo gitano y cómo cambió un poco la visión de algunos que torcían el morro cuando hablaban de flamenco. Federico hizo mucho por este arte. Nace de la gratitud a un artista que nos ha defendido desde los años 20.

-Quizás fue ahí o un poco más tarde cuando Lorca dio aquella ponencia de 'Juego y teoría del duende'. En ella decía que «el duende es un poder y no un obrar, es un luchar y no un pensar». ¿Qué es el duende para Poveda?

-Eso fue posterior, creo. Un poco todo lo que ha dicho Federico y, luego también, es algo que no es tangible ni explicable. Es una energía que viene del universo, te traspasa y genera en el ambiente una magia porque se juntan varios elementos que hacen que esa energía fluya con todo el arte que necesita el flamenco. Hay gente que lo expresa con todo su ser y hay gente que lo busca y no lo consigue.

-Recientemente han sido los Grammy Latinos. Usted que tiene experiencia en nominaciones a estos premios, ¿qué significa que desde Miami se hable de flamenco?

-Desde el mundo entero se habla del flamenco. Como experiencia personal he visto que la gente se enamora de esta música, les apasiona, vienen aquí a estudiar, sienten un respeto hacia los maestros. En Japón se sabe quién es Manuela Carrasco. En Estados Unidos se sabía quiénes eran Carmen Amaya y Paco de Lucía. Quiénes eran Camarón y Manolo Caracol. El que vive fuera de nuestra fronteras y conoce el flamenco porque se ha ido acercando a él nos rinde pleitesía. Creo que eso es bonito, yo por lo menos lo celebro.

Otra cosa es como se venda o como se explique lo que es el flamenco tradicional, que pueda haber confusión o no quede claro cómo se muestre lo que es el verdadero flamenco y que no quede claro quiénes son los cimientos del flamenco. Eso es una tarea que tenemos que hacer entre todos, claro.

-¿Se hace lo suficiente por cuidar y darle su lugar al flamenco o al globalizarlo se corre el riesgo de que pierda su significado y nos queda solo algo estético?

-Hay riesgos. Está claro que sí que los hay. Está en la responsabilidad del artista explicarlo de manera amorosa y cuidadosa y recomendar que vayan a los historiadores de flamenco, que lean quiénes son las primeras figuras. Yo recomiendo el 'Poema del Cante Jondo' que ahí habla Federico de Silverio Franconetti, de Juan Breva, de la Niña de los Peines, y que acudan al flamenco a través de esos lugares, también.

-¿Qué ocurre con el flamenco últimamente?

-Desde que tengo uso de razón o desde que empecé he palpado ese revuelo, ese debate. Mientras se haga de manera sana está bien. Cuando empecé yo no había nada de esto, el debate era de otra manera. Recuerdo las tertulias de otra manera, se hablaba del cante de Marchena o el cante de Fernanda y Bernarda… Eran coloquios enriquecedores. Hoy en día los debates se dan a veces en una red social, con cuatro palabras en Twitter, y con muy mala hostia. Al final damos una imagen nefasta.

También entiendo que quien ama profundamente este arte, desde lo tradicional, se enfade y se rebele con algunas cuestiones que se dan en el flamenco, pero tenemos que poner todos de nuestra parte para educar a la gente en lo que es el flamenco tradicional y los derivados. Esas otras cuestiones y propuestas no son peores por estar mezcladas, sino que son otras propuestas. Hay que ordenar un poco el arte en ese sentido. No sé, me hago un poco de lío porque es complicado dar una opinión así sin ofender a nadie.

-Si se le hace complicado a alguien que entiende, a quién no entienda...

-(Ríe) ¡Imagínate! El resumen es que entre todos los artistas tenemos la responsabilidad, también, de educar al público y mostrarle los caminos, cuáles son los caminos reales de la música flamenca tradicional de raíz y luego, a partir de ahí, entender que hay otras vertientes y propuestas musicales que se dan que pueden ser igual de interesantes, pero que entiendan cuál es el núcleo real del flamenco tradicional.

-Sobre esta cuestión, además, ha participado junto a Soléa Morente en un programa en La2, como conductor y entrevistador, ¿qué experiencia es la que se queda como artista tras la realización de este programa?

-Pues tener el flamenco tan de cerca, sobre todo. En la circunstancia en la que nos encontrábamos, que toda la música en general estaba deprimida y el flamenco imagínate a qué nivel llegó... Al año siguiente salimos a la calle, tomar el aire, retomar el contacto con los artistas del flamenco. A mí, por ejemplo, al entrevistar a Fosforito me volví a mi casa con unos lagrimones… Escuchar de cerca cantar al Pele, a José Valencia, escuchar a Dolores la Agujetas me hizo llorar. O escuchar a El Zambo. Además, en un horario decente de la televisión española. Escuchar a tantos maestros, aunque luego había otras propuestas que a la gente podría gustarle más o menos, pero yo celebraba que esos clásicos estuvieran en la televisión española y esos maestros recibieran un poquito de amor.

-Con una carrera tan extensa y excelsa, ¿qué poso deja esta etapa y esta gira en su carrera? ¿Con qué se queda?

-(Piensa) Me quedo con que todo ha sido un ensayo, una preparación y que ahora a mis 50, a punto de cumplir 51, me encuentro en plena madurez a todos los niveles, siento un cambio vital y espiritual en mí y, ahora, que voy a afrontar este disco que me está ilusionando mucho, es un paso grande para mí. A partir de ahora mi carrera va a ir de otra manera, menos diversa a lo mejor, más enfocada a la música flamenca. Tengo una responsabilidad, como todos los flamencos y quiero caminar por ahí. Aunque luego también me permita hacer otras cosas que también siento en mi corazón. En lo que me quede de vida y de trayectoria voy a insistir mucho más en divulgar la música flamenca. De la manera que sea, contribuir a que el flamenco tenga mucho más cariño y cuidado.

-Sería como retomar un poco esa ilusión de aquel niño de 15 años que se sube por primera vez a un escenario, el de la Peña de la Esperanza en Badalona, ¿no?

-Exacto, sí, sí. De los primeros años en la tertulia flamenca. Un poco ahí. Nunca he dejado de hacer flamenco, no quiero decir que vaya a hacer otro tipo de obras en el futuro, pero mi atención hacia el flamenco va a ser mucho más intensa, y mira que lo ha sido, pero aún así mucho más de lo que ha sido en estos últimos años. Todo ese recorrido e investigación con esa música ha estado muy bien y repetiré en el futuro, pero mi apuesta va a estar mucho más concentrada en la música flamenca.

-Usted que ha sido y es un asiduo a las peñas flamencas, ¿cómo cree que han cambiado en todo este tiempo, en sus 35 años de carrera?

-Deben tener un poco más de apoyo por parte de los mandatarios, de los responsables de Cultura. Las peñas cumplen un papel fundamental en la carrera de un cantaor. Yo no sería el mismo cantaor si no hubiera pasado por abajo, por todas las peñas flamencas que ha habido en Cataluña y Andalucía, por los festivales y tablaos… Es un recorrido que, después de unos años, se nota. Porque saltar al cante sin haber pasado por ahí, se nota, es complicado. Es una experiencia maravillosa que mantiene vivo el flamenco más tradicional. De alguna manera, así, se conserva algo que es maravilloso y que merece todo el apoyo del mundo.

Fíjate en Israel Fernández, que está en lo mejor de su carrera ahora mismo, en un momento ascendente, está haciendo una gira de peñas flamencas con su guitarrista de los inicios y me ha parecido maravilloso. Me quito el sombrero. Se lo merecen las peñas. Es un conocedor del cante como pocos. Volver a la raíz y a los aficionados es espectacular.

-No hay que perder la raíz.

-Es que si no, imagínate (ríe). Se cae el árbol, se muere. Si no existe la raíz no florece nada.