Los dos mundos de Carlos Vives se unen en la noche colombiana de Icónica SantaLucía Sevilla Fest

Sin partido de fútbol de España que lo justificara -quizá sí por el encuentro que dilucidaba el otro finalista de la Eurocopa-, el concierto comenzó 20 minutos tarde, aunque por todo lo alto. Con una invitación a cantar en comunión y a viajar por la música de raíz de esta figura mítica. Vives daba la primera lección en el vídeo introductorio. «He buscado mil tesoros, yo te digo que la vida vale más que todo el oro», rezaba el audiovisual, justo antes de salir, vestido de negro, y encadenar la 'Gota fría' con 'La bicicleta'. Sin su compatriota Shakira, pero con la primeras dedicatorias a la ciudad que le ha enamorado en su primer concierto en la capital andaluza, también el inicio de su gira 'El rock de mi pueblo vive', un espectáculo que celebra el sonido colombiano que creó hace más de 30 años y con el que cambió el devenir de la música del continente. «Sevilla es una maravilla», rimó de forma poco original pero igual de efectista, como confundir Sevilla con Triana (en repetidas ocasiones). Poco importa con una plaza a rebosar, con 2.500 personas cantando y bailando los éxitos de un artista incombustible. Siguió con otro tema que tiene una década e igual de vivaracha que las anteriores, 'Ella es mi fiesta'. Quería seguir 'Viendo sonreír' a su auditorio y sin poner freno presentó 'Santa Marta', una canción «no costumbrista», sino dedicada a un gran amigo. «Que todo el mundo sepa lo mucho que te quiero», remata esta canción, con la que el artista caribeño daba paso a una 'Nota de amor' en la que volvía a piropear a la ciudad, con la luna como musa.

Con un paseo por la esencia de los ritmos ancestrales de su tierra, primero con 'Rosa' y después llevándonos con 'La piragua' para descubrir por fin el porqué de su fijación con el viejo arrabal. Rodrigo de Bastidas, el conquistador de su Santa Marta natal, era oriundo de Triana. Si aquí tenemos el Guadalquivir, Vives le canta al río de la Magdalena.

Después sonó 'Pa Mayte', otro de sus primeros hits (1995) universales para el que el artista se inspiró en la gaitera de su grupo 'La Provincia' y que interpretó con voz y armónica, a la vez que ondeaba la bandera colombiana. «Y ahí llego yo, llego yo y ahí vamo a vé. Cómo es gozá con el bembé». De disfrutar iba la cosa, con otra concatenación de canciones para el recuerdo. Y aunque con sonidos rockeros, la siguiente introducción llevaba al público hasta la parada del vallenato. Puro Caribe, puro Carlos Vives, que en 2023 obtuvo un nuevo Grammy Latino en la categoría de mejor álbum de Vallenato por 'Cumbiana II', hasta la fecha su último disco. Toda la plaza brincando con 'Cuañaguatera', que el artista respondió con un profundo agradecimiento y una explicación del origen del folclor colombiano, íntimamente relacionado con el español. «Yo soy del centro de la Guajira», cuenta en 'El cantor de Fonseca', canción con el que el padre de Vives le dijo que podría explicar su origen. «Viví en un pueblo chiquito y bonito», recordó con este tema antes de continuar uniendo mundos con su reflexión sobre que antes su tierra en el mapa se denominaba 'Nueva Andalucía'.

Al llegar la madrugada hacía la más bella declaración de amor con 'Volver a nacer' (ya sabe, «quiero, casarme contigo») y como Vives quería formalizar su compromiso con Sevilla, presentó a su familia (la banda) para simular el final de un concierto al que aún le faltaba la gran sorpresa final. La salida de Raya Evolution (antes Raya Real) para reinterpretar juntos la canción más esperada, 'Fruta fresca'. ¿Quién no conoce este himno? ¿Qué móvil no se alzó anoche para inmortalizar este momento histórico? Colombia y Sevilla unidas, un hecho que se volvió a producir con la penúltima de la noche, 'Robarte un beso'. El idilio que acababa de fraguarse no podía terminar de otra forma, con la promesa de 'Hasta que nos volvamos a encontrar'.