Un soltero deja cortado a su cita por su forma tan explícita de hablar de sexo: «¿Te gusta follar?»

Eneko conoció en el restaurante de citas de Cuatro a Unai (23), un bilbaíno que de primeras satisfizo la mayor exigencia de su cita, un maniático de los dientes. Es en lo primero que se fija, señaló, pues «si una persona tiene la boca sucia que es lo primero que te vas a comer, imagínate cómo tiene el resto del cuerpo…».

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María Robert

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Eneko y Unai comenzaron la noche un tanto nerviosos, pero se fueron relajando cuando comprobaron que el otro encajaba con lo que habían imaginado. Pasada esa tensión inicial, la conversación empezó a fluir. Eso sí, se les olvidó tocar el tema por el que habían ido a 'First Dates'. De hecho, la Cupido Laura Boado tuvo que acercarse a la mesa para sugerirles que se conocieran un poco más en el amor.

Entonces, Eneko sacó su potencial seductor para comprobar si Unai era tan enérgico y lanzado como él. Pero le notó reservado. «¿Te gusta follar?», le preguntó a su pretendiente yendo al grano, alegando que el sexo lo trata con mucha naturalidad. «A todo el mundo le encanta, salvo que no lo trata», prosiguió sin darle a Unai mucho pie a responder.

«Todo el mundo lo hace. No tengo ningún tabú, te lo cuento con detalles y de todo», pudo apuntar el bilbaíno. Pero su pretendiente lo interrumpió para ejemplificar cómo habla del tema en una conversación en confianza con sus amigos. Después de afirmar que «me como pollas como panes», se dio cuenta de que igual se le había ido un poco con la conversación. Aunque no se quedó ahí.

Unai logró aclarar que le parece bueno y positivo ser tan natural hablando de sexo. Sin embargo,Eneko tomó la voz cantante y comenzó un interrogatorio que él mismo se respondía «¿A ti qué te gusta en la cama? A mi me gusta meterme nazis por el culo», espetó el donostiarra con humor. Su cita empezó a mostrarse 'cortadete' y él lo notó. No obstante, siguió con el cuestionario, preguntándole si le gusta «follar todos los días». «Puedes ser un fiera en la cama. Yo quiero que seas un fiera, pero todos los días», insistió.

Pero mira por dónde, cuando el programa los invitó al reservado, Unai resultó más lanzado que Eneko, que se un tanto nervioso cuando entre juego y juego le tocó recibir un beso de vampiro en el cuello de su pretendiente. Muy avergonzado, decidió apagar las luces para mayor intimidad.

Aún así, la cosa no llegó a más. La hora de la decisión final interrumpía la atmósfera. Unai quiso seguir conociéndolo, a diferencia de Eneko que lo rechazó bajo el pretexto de que «es un chico con rollo, pero no me gusta».