Ramoncín ha explicado en primera persona como él ha comentado con su hija, «mi hija pequeña», sobre la lucha feminista y ese «hermana, yo sí te creo». Ha referido que ella «se ha ido con el megáfono en las manifestaciones creyéndose todo eso que decían y se supone que hacían estar personas y es algo que hemos comentado en casa». Ha especificado cómo se sentía, si bien ha querido apuntar que hay que mantel esa «presunción de inocencia».
Conforme ha ido avanzando en su explicación, ha terminado diciendo lo que le parecía todo esto: «Te terminas preguntando '¿qué cuida el rebaño?' y resulta que es el lobo el que está detrás». «El daño que han hecho es tremendo», ha continuado denunciando, en alusión a ese ser «abanderados» del feminismo y a los casos que se podrían estar destapando con las últimas acusaciones y comentarios que se han dado a conocer en redes y medios de comunicación.
La formación morada dice que tenía conocimiento de este tema desde 2023 pero que no se hizo público por «proteger a las víctimas, porque estas pidieron que no se dijera nada al respecto ni que se comunicara a Monedero». Sin embargo, la forma de actuar de la organización está siendo muy cuestionadas. Este lunes 24 de febrero Podemos ha admitido que Juan Carlos Monedero se mantuvo en el chat del Consejo Ciudadano Estatal (CCE), el órgano de dirección ampliado del grupo, pese a conocerse las denuncias por violencia sexual que ya se iban produciendo en su contra.
El partido ha tratado de defender esta postura. Han dicho que no podían expulsarlo del grupo ni prohibirle acceder o participar en actividades de la formación porque no se había llegado a producir «una resolución» por parte del Comité de Garantías. Esto, como apuntamos, no termina de convencer a la ciudadanía y a ciertos segmentos especialmente críticos con cómo habrían procedido desde la cúpula de la organización.
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