La renuncia de Oliart sume a RTVE en el desgobierno

El presidente de la cadena presenta su dimisión «irrevocable» tras una adjudicación a la empresa de su hijo. El Consejo toma el mando de forma provisional y el PP ve «muy difícil» un acuerdo para nombrar sucesor

La renuncia de Oliart sume a RTVE en el desgobierno EFE

F. M. B.

La dimisión del presidente de la Corporación, Alberto Oliart , salpicado por el escándalo de la contratación de la empresa de su hijo (el exministro aduce «razones personales») sume a la cadena en una etapa de incertidumbre. El propio Consejo de RTVE, parte del ... cual pidió a Oliart que aguantara al menos hasta otoño, ha tenido que pedir informes jurídicos para saber si puede hacerse con el timón de la nave, aunque sea de forma interina. Corresponde ahora al Parlamento elegir a un sucesor, pero es necesaria una mayoría de dos tercios del arco parlamentario, lo que exige un improbable acuerdo entre socialistas y populares. No obsatnte, la ley permite en segunda instancia recurrir a una simple mayoría absoluta.

Ramón Moreno, portavoz del PP en la Comision de Control de RTVE , confirmaba a ABC que veía «muy difícil» que ambos partidos alcancen el consenso, aunque confía en que la Corporación no caiga en un periodo de descontrol hasta las elecciones. «Espero que esta vez los consejeros del PSOE asuman su responsabilidad y entiendan que no es momento de partidismo», afirmó. El primer escollo podría ser el responsable de los Servicios Informativos de TVE, Fran Llorente, ya que los populares piensan que debería «tomar el mismo camino que Oliart».

Desde el PSOE, el secretario de Ciudades y Política Municipal del PSOE, Antonio Hernando, instaba a los partidos a dejar a un lado sus diferencias y preservar el modelo de televisión pública «viable» y «muy independiente» conseguido en los últimos años. Ni siquiera en eso hay acuerdo. Para el PP se trata de un modelo «agotado, que ha hecho agua desde el punto de vista personal y económico».

Entretanto, el Consejo de Administración de RTVE comunicó mediante una nota que asume la dirección ejecutiva de la corporación «en los términos establecidos en las leyes y sus estatutos», si bien se confiesa «a la espera del nombramiento por parte de las Cortes Generales de un nuevo presidente» y de los «informes jurídicos pertinentes solicitados al efecto».

Contrato sospechoso

¿Qué ha ocurrido para que el presidente de la Corporación salga por la puerta falsa menos de dos años después de su nombramiento, que se produjo sin un solo voto en contra? Alberto Oliart, que cumplirá 83 años el próximo mes de julio, habla de motivos de «estricto carácter personal» y de una decisión tomada después de una «madura reflexión». Según la película de los hechos, sin embargo, unas horas antes de su decisión, fuentes del Consejo de RTVE y de los sindicatos de la Corporación habían mostrado su malestar por la contratación de la cobertura técnica de «La mañana» de La 1 a una filial de Telefónica. La oferta de la compañía era la más barata, pero el administrador único de Telefónica Broadcast Service es Pablo Oliart, hijo del presidente de la corporación. El capítulo sería el último de un culebrón de desencuentros de Oliart con el Consejo de Administración y los trabajadores de la casa.

El balance que hace la oposición es demoledor. Para Ramón Moreno, Oliart «se va dejando una situación mucho peor de la que se encontró, en el apartado social, informativo y económico». En opinión del diputado popular, su etapa «ha estado marcada por la falta total de pluralidad de los servicios informativos». Los escándalos, concluye el PP, lo habían acorralado, aunque antes de dimitir, como había amagado muchas veces, «ha dejado las cosas atadas para su entorno: su familia, sus amigos y los amigos de Zapatero».

Lo cierto es que la dimisión de Oliart era un suceso anunciado por el propio protagonista. Sus medidas de ahorro, como vender los derechos de retransmisión del Mundial de Motociclismo, casi nunca encontraron el apoyo de sus consejeros, que vetaron sus iniciativas. El presidente, en efecto, llegó a amenazar varias veces con dimitir, y alguna reunión del consejo terminó a gritos, como cuando Oliart se negó a entregar los datos de las retribuciones de sus directivos.

Muchos trabajadores de la casa, por otro parte, nunca le han perdonado la contratación externa de servicios que consideraban que se podían hacer dentro, más aún después de pasar por la experiencia traumática de un ERE.

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