«Me pareció que no debía cortar los momentos tensos»

Campo Vidal asegura que «todo es mejorable, pero el debate tenía su riesgo y salió bien»

«Me pareció que no debía cortar los momentos tensos» ep

FEDERICO MARÍN BELLÓN

«Mientras nos saludábamos, Rajoy preguntó: Y ahora qué, bailamos?»

El moderador, en efecto, no hizo de entrevistador , aunque uno de los contendientes sí: «Cada uno tiene el estilo que cree conveniente. Es parte de su estrategia. Lo peor es ir a un debate sin una estrategia clara. Rajoy buscaba un tono presidencial y creo que lo tuvo, y Rubalcaba tuvo el gran mérito de mantener el cartel en una posición muy difícil, y supo encontrar su espacio». En cada entrevista, en cada declaración, Campo Vidal mide sus palabras y deja claro por qué suscita el consenso entre los partidos. Además de sus virtudes más obvias, sabe permanecer seco debajo del agua y fuera del plató. ¿Quién ganó? «No debo decirlo. A su modo, los dos ganaron, aunque es posible que uno más que el otro». Naturalmente, no dice quién. Comente al menos los errores que cometieron los candidatos: «Tampoco debo».

Luego se justifica porque «dentro del plató se puede hacer muy poco análisis». «Estás pendiente de la mecánica, de la fluidez y del ritmo, de intervenir cuando tienes que hacerlo. El análisis se hace bien desde fuera», explica. Y accede a valorar las virtudes de los púgiles: «Vi cordialidad, corrección fuera del plató. Antes de entrar hablaron del Real Madrid, porque ambos son muy madridistas. También percibí áreas de acuerdo, como la conciliación laboral y el final del terrorismo, y eso ya es positivo». Otro buen dato es que «por primera vez ha habido debate en dos elecciones seguidas. Eso marca una tendencia que ojalá se consolide».

«Vi cordialidad, corrección fuera del plató»

¿Cómo vivió los momentos más tensos, como cuando se habló de insidias y mentiras? «Es verdad que los hubo, pero me pareció que no debía cortarlos. Después de ver el resultado creo que fue positivo». Por otro lado, considera que tensión «siempre hay», pero que «sin una tensión controlada no se puede intervenir con eficacia». Antes del debate dijo que sería el mejor: «Fue magnífico y la audiencia lo prueba» . Sobre su participación sí admite la crítica, si bien le disgustó lo que se escribió sobre el coste del catering. «No fueron 18.000 euros, sino 15.000. Es una información incorrecta y además con ese dinero comieron 140 trabajadores durante una semana. No se gastó en langostinos. El día del debate hubo más de 660 personas».

Dentro de poco publica un libro; tiene ocasión de hacer el Umbral: «Pues voy a hacer lo contrario. Ahora no voy a hablar de él, pero te llamo cuando lo tenga en la mano».

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