Más de 6.000 niños sueñan con entrar en la cantera de «MasterChef»

En cuanto a género, las chicas superan a los chicos en número , pero no siempre en calidad. María Dolores, de Sevilla, presentó una Ensalada con tres texturas de Tef. «Es un cereal integral y sin gluten. Eso me interesa ya que varios miembros de mi familia son intolerantes y así les puedo preparar algo que les guste», afirma. No se queda atrás Jorge, un pequeño de Albacete que reconoce que ha sacado su Volcán de salmón con base de cebolla de un libro de recetas francés.

Aunque cocinar es su pasión, muchos, como Irene (Madrid, 11 años), cuentan que se presentan a las pruebas «para pasarlo bien» y vivir una experiencia que «va a recordar toda su vida». «A mis hermanos pequeños y a mí nos encanta hacer cenas románticas para nuestros padres», sostiene. Otros, como Triana (Valencia, 12 años), son más ambiciosos y reconocen que «de mayores» quieren tener una estrella Michelin.

Anne (12 años) de Bilbao apuesta por la cocina tradicional con un plato de marmitako. La influencia de padres, madres y abuelos no solo se nota en las recetas, sino también en las mañas de los más pequeños. A sus 11 años, Martina , que preparó una sopa fría de melón, asegura que todo lo que sabe se lo debe a que «desde muy chica» ha sido la pinche de su padre.

Lorenzo (11) y Ana Beatriz (9), nacidos en Portugal pero residentes en Madrid, han acudido a la tradición en busca de recetas más dulces. Mientras que el primero presentó un muffin de tarta de zanahoria con mermelada de la huerta, la segunda apostó por una tarta con fresas. « Hemos empleado las frutas y verduras de la huerta que tiene mi abuelo », contaban orgullosos. Ambos han pasado por el Campamento MasterChef, cantera de talentos.

Más de 100 pequeños aspirantes han pasado ya por las pruebas presenciales que se han celebrado en Barcelona, Bilbao, Valencia y Marbella. Una vez que finalice el último proceso de selección, los 16 concursantes comenzarán a grabar, a finales de agosto, la quinta edición de «MasterChef Junior». «Todos los participantes han tenido que ser buenos estudiantes y tener muy buenas notas. Durante las grabaciones van a convivir en una residencia acompañados cada uno por un adulto», concluye González.