OPINIÓN
Acusan de «machismo» a Roberto Leal por usar el masculino para dirigirse a las finalistas
«¿Consideran que la interpelación reiterada a mujeres usando el masculino resulta ridícula y ofensiva para las mujeres a las que se dirige?», preguntaba una diputada del PSOE
Hemos pasado del «por exigencias del guión» que decían nuestras actrices del destape al «ni aunque se le ocurra a los guionistas» de las concienciadas generaciones americanas. Megan Boone, protagonista de la estupenda «The Blacklist» , ha anunciado que no va a volver a llevar ... un rifle de asalto en la serie. Después de los asesinatos en el instituto de Florida, ha pedido perdón por si su personaje ha hecho que las armas parecieran algo guay. Lamenta haber participado en su glorificación. Es agente del FBI y va para bobby. En la serie, los malos matan a los buenos y los buenos a los malos, su padre es uno de los mayores criminales (un maravilloso James Spader), las ensaladas de tiros y sangre son habituales, también los crímenes más espantosos. Pero ella no va a llevar rifle. Piri illi ni vi i llivir rifli. Es como Lina Morgan cuando avisaba de su virtud sexual: «No lo cato, no lo cato y no lo cato».
Creía que después de las que aseguran que no van a volver a trabajar con Woody Allen, que se arrepienten o que van a donar lo ganado no podía haber nada más ridículo. Que no es tan grave que Boone no quiera llevar armas. Y tampoco es que vaya armada a lo grande. Pero no está en «Modern family».
Es verdad que en España también pueden dejarte pasmada. Esta vez no me refiero a Leticia Dolera sino a Lidia Guinart, diputada del PSOE que registró una pregunta al Gobierno para ser respondida por escrito acerca de Roberto Leal en la final de «OT ». «¿Por qué motivo se usó de manera reiterada el masculino para interpelar y dirigirse a las tres concursantes finalistas en la gala final de Operación Triunfo emitida el 5 de febrero de 2018 por La 1 de TVE?». Quedaban solo Amaia, Aitana y Miriam y Leal dijo cosas como «el concursante que ha quedado en tercer lugar». O «no quiero que estéis solos». Pobre Roberto, eso no es más que aturullarse (recordemos las chapuzas de la final). «¿Consideran que la interpelación reiterada a mujeres usando el masculino resulta ridícula y ofensiva para las mujeres a las que se dirige?», preguntaba Guinart. ¿Y considera la señora diputada que el Congreso está para estas cosas?
Ver comentarios