Luz y tuiteros en las entrañas del cine español
Esperanzador encuentro entre la industria y los usuarios de internet tras el fracaso de la Ley Sinde
J. E. Arenas, F. Marín
«Dios, todos conectados en la reunión!!!!!!» , escribía Álex de la Iglesia en su Twitter poco después de empezar el encuentro que él mismo había convocado, minutos después de las once y media de la mañana. Era una imagen insólita; lejos del secretismo ... que suele producirse en estas ocasiones, los participantes, armados con sus teléfonos móviles o iPads, narraban en directo cuanto se decía en la sede de la Academia de cine. Luz y tuiteros, por fin, en las entrañas del cine español.
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El presidente de la Academia de Cine había promovido el encuentro con productores, internautas y «particulares con inquietudes» , como él mismo los definió. Lejos de buscar a quienes pensaban igual que él, buscó precisamente la posibilidad de escuchar las posturas más alejadas a sus tesis. A saber: mejor una ley imperfecta que seguir como hasta ahora, permitiendo que algunos se lucren gracias al trabajo de otros. Al otro lado de un inmenso océano, las webs defienden que la Ley Sinde solo crearía inseguridad jurídica y no resolvería el problema de la piratería.
Un hombre y una misión
El fracaso de la llamada Ley Sinde en el Congreso, donde solo fue apoyada por el PSOE, alegró a muchos y entristeció a un grupo nada despreciable de personas, sobre todo entre el sector de creadores. Uno de ellos, a la sazón presidente de la Academia, decidió que el debate (el poco que había habido) no podía quedarse ahí y se enfangó en una interminable conversación con los internautas a través de una de las redes sociales de moda, Twitter. Lo que no había hecho el Ministerio de Cultura fue posible gracias a la voluntad de un solo hombre .
Álex de la Iglesia parece un hombre a una misión pegado. Capaz de tuitear durante horas para defender su postura, al cineasta de Bilbao le honra su capacidad para escuchar a todos. El director de «Balada triste de trompeta» ha sido capaz de defender una postura en apariencia impopular con una película recién estrenada en cartelera. Fruto de sus conversaciones con infinidad de internautas, decidió reunirse en la sede de la Academia con un buen número de ellos.
Entre los asistentes (según uno de ellos, tres de la industria cultural y diez de la «sociedad civil» ), se encontraban Julio Alonso, fundador de Weblogs; el abogado David Maeztu; Víctor Domingo, de la Asociación de Internautas (AI); representantes de El Cosmonauta; Juan Carlos Tous, fundador de Filmin; Eduardo Campoy, director de la Academia; y Pedro Pérez, presidente de los productores españoles; además, como es lógico, del propio Álex.
Debate a dos bandas
El debate, así, se producía en paralelo, en la mesa y en internet. No era infrecuente que el propio Álex de la Iglesia respondiera en Twitter comentarios dichos dentro o fuera de la mesa. A Eduardo Vidal, que había escrito «algunos esperamos que los que os dedicáis al cine no penséis que tenéis más derechos que los que no se dedican», le respondió inmediatamente: «eso no es cierto, amigo. No pensamos eso».
En otro momento, Nicolás Alcalá escribía: «Si no tuiteamos más es porque no estamos diciendo nada nuevo». Álex tampoco se quedaba callado: «@El_Cosmonauta te he leido, y sí se dicen cosas nuevas!!!!!!!!». A otro tuitero le decía: «Yo no soy político, no cierro nada. Defiendo mi curro» .
Quizá sería demasiado esperar resultados inmediatos, aunque el presidente de la Academia, poco después de la una, llegaba a una conclusión halagüeña: «Buenas noticias: la reunión funciona. Reconocemos errores se aportan ideas».
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