David Fincher: «La industria hace lo que quiere con los directores novatos»

-«Zodiac» parece un cambio radical de estilo en su carrera...

-Bueno, no sé muy bien qué contestar a eso. Creo que en mi carrera (y exceptuando «Alien 3») siempre he hecho las películas como creía que debían hacerse. En este caso, siempre creí que «Zodiac» tenía que ser como un documental, porque manejábamos una cantidad de datos tan enorme que no creo que ningún otro género hubiera podido resultar tan eficaz para contar esta historia.

-¿Diría que ésta es su película más personal?

-Sí, por muchas razones distintas. Tengo un recuerdo muy nítido de mi infancia en San Francisco, yendo al colegio en el autobús con coches de policía delante y detrás. No entendía muy bien qué pasaba y seguí sin hacerlo hasta muchos años después. Para muchos americanos de mi generación ésas son imágenes históricas, la primera vez que un solo hombre conseguía aterrorizar a una nación entera.

-¿Qué es lo que ha mantenido viva la leyenda del «asesino del zodíaco» después de más tres décadas?

-Sin duda, el hecho de que nunca fuera atrapado. Así es como se forjan las leyendas, cuando no puedes ponerles cara. Es como si estuvieras luchando con el mal absoluto. Además, no se sabe a ciencia cierta a cuánta gente asesinó ni qué crímenes fueron obra suya, ya que él reivindicó algunos, pero nunca se pudo demostrar que no existieran imitadores o que todos fueran obra de la misma mano.

-En esta película exige usted mucho al espectador; no es algo muy habitual hoy en día.

-(Pausa) Bueno, tenía claro que no quería hacer un «thriller», ni una película de persecuciones. Quería contar algo, quería contarlo con detalle y no quería tener que pensar en si debía hacerlo en una, o dos, o tres horas. Tengo la impresión de que después de tantos años trabajando en este proyecto valía la pena tomarse el tiempo necesario para hacer bien el trabajo. Resulta obvio que con esta cantidad de información el espectador debe estar atento a lo que ocurre, pero ¿no debería ser siempre así?

-Debió resultar difícil encontrar el equilibrio en el guión, sobre todo cuando transcurren más de veinte años entre el principio y el final de la película.

-Cierto, tuvimos muchas discusiones con James (Vanderbilt, guionista) y Robert (Graysmith, autor del libro en el que se inspira la película) porque era imposible incluir toda esa información que demandaba el filme. De hecho rodamos muchas más horas y el montaje fue otra pesadilla, pero al menos la película es la que yo quería que fuera.

-¿Así que no habrá «montaje del director» para DVD?

-Eso es algo en lo que estoy pensando, porque he tenido que eliminar algunas escenas del montaje final, simplemente por una cuestión de tiempo, y me gustaría recuperarlas. Lo que no sé es si irán por separado o las añadiré al montaje estrenado en cines. No lo he decidido.

-¿Por qué cree que existe esa fascinación tan morbosa por los asesinos en serie?

-Creo que es algo inherente al ser humano hacerse preguntas sobre el lado oscuro que todos tenemos. De todas formas, creo que «Zodiac» no es una película al uso sobre los asesinos en serie, sino más bien un intento de contar una historia coral que -bajo mi punto de vista- merecía ser contada.

-Y para una historia coral ha elegido un reparto coral. ¿Le ha resultado más difícil trabajar con un reparto más extenso que de costumbre?

-Pues no, realmente. He tenido la suerte de que todos los actores aceptaran la propuesta y de poder trabajar con los profesionales en los que pensaba mientras escribíamos el guión. Cuando hay tanta calidad en un set es muy difícil que puedan surgir problemas.

-A estas alturas de su carrera, ¿qué recuerda de «Alien 3»?

-Recuerdo que aprendí una lección muy importante: lo intervencionista que puede resultar esta industria cuando eres un novato y cómo pueden obligarte a hacer lo que ellos quieren en lugar de lo que tú quieres. Fue una lección muy útil, se lo aseguro.

-¿Y de «Seven»? ¿Se imaginaba la influencia que iba a tener esa película en los años sucesivos?

-Bueno, no quiero resultar falsamente modesto, pero no creo que pueda atribuirme el mérito de esa estética en concreto. Muchos videoclips exploraron ese camino antes que yo y no sería correcto que yo dijera ahora que es obra mía.