Julio Resende: «Este es un disco entre lo real y lo virtual»

De hecho, no duda en colaborar incluso con el rapero Sam Azura, tal cual se plasma en ‘LisboaHood’, una de las piezas más fascinantes de un disco que vive su puesta de largo este miércoles 29 de enero en el Café Central de Madrid. Un local acogedor para su propuesta heterogénea, donde asoman incluso algunas bases electrónicas para realzar la búsqueda de otras sonoridades.

Resende es el responsable del salto de calidad jazzístico que dio Salvador Sobral, el ganador más atípico que salpica la historia del Festival de Eurovisión. Desde entonces, el cantante se ha apoyado en la solidez musical de este pianista que no conoce prejuicios, como ambos demostrarán el 20 de febrero en el Barbican Center de Londres.

El artífice de ‘Cinderella cyborg’ alterna, por tanto, su faceta en solitario con su acompañamiento del intérprete de ‘Amar pelos dois’, con quien comparte el dúo Alexander Search, así llamado en referencia a uno de los heterónimos de Fernando Pessoa cuando escribía en inglés a lo largo de su estancia en Sudáfrica.

El quinteto que desembarca en el Café Central se completa con el batería Pedro Segundo, el contrabajista Pablo Martín Caminero y André Nascimento a los teclados.

¿Quiénes son sus pianistas favoritos?

Tengo muchos, y aprendí un poco con todos. Afortunadamente, pasé mucho tiempo escuchando jazz: de Michel Petrucciani a Tete Montoliú, pasando por Thelonius Monk. Algunos de mis favoritos son, con toda seguridad, Glenn Gould, Keith Jarrett, María Joao Pires y Brad Mehldau. Pero últimamente he aprendido bastante con el pop o el rock independiente, siempre muy creativo. Y también con el hip hop.

Va a presentar los temas de ‘Cinderella cyborg’, pero ¿tocará también piezas de su emblemático ‘Amália por Julio Resende’, donde recrea el legado de la diva del fado por excelencia?

Ese resultó ser un disco muy especial. Sí, tocaré una o dos de ahí, una grabación que hice con todo el cariño para transgredir el cancionero portugués, pero siempre con buenas intenciones.

¿A qué se debe el nombre de ‘Cinderella cyborg’?

El álbum se abre con un sonido de relojes y cuenta una historia, una fábula de medianoche, la hora mágica de transformación de la realidad. Este es un disco entre lo real y lo virtual, entre el hombre y la electrónica, entre el sonido acústico sin electricidad y el sonido que necesita la electricidad para existir. Ambos son bellos.

¿En qué se inspiró para este nuevo trabajo?

He oído mucho la expresión ‘máquinas de guerra’, pero quise intentar construir y sustituir el término por ’máquinas de paz’. Las máquinas producen unos sonidos lindos, texturas muy diferentes, que si las sumamos a un corazón humano se transforman en algo más completo para mí.