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Iceta es Travolta

Torra y su banda solotienen sitio a la sombra

Felix Machuca

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Hasta los menos espabilados del lugar sabían que la moción no prosperaría nunca, que nacía muerta y sin posibilidad alguna de ver la luz, que con la suma de los naranjitos y peperos las cuentas no salían nunca. Las cuentas de la moción. Frente estaban ... todos los soberanistas de variado pelaje y el socialismo ambiguo, tibio y simulador del señor Iceta. Tan tímido y acomplejado como el propio Iceta se ha mostrado siempre con los soberanistas. Iceta solo se ha presentado desenvuelto, liberado, fresco y gallardo cuando de echarse un bailecito en público se trataba, que eso lo borda. Esas cuentas de la moción estaban claras. Y no iba a salir adelante el empeño de Ciudadanos y de Lorena Roldán por ganar un partido que se le puso tan desagradable al bloque constitucionalista como los famosos ocho minutos del Sevilla en el Campo Nou, donde se mascó la tragedia de la manita. Pero las cuentas que sí salieron y de las que huyó como gremlin del agua el socialismo catalán es el de ir juntos, unidos y haciendo frente común al reino amarillento de Torra. Esas cuentas le salieron perfectamente cuadradas a ciudadanos y populares. Ahí los sumandos no daban lugar a dudas, a la equivocación. Fueron juntos contra quien trata y seguirá tratando destrozar una comunidad. De cargarse la España constitucional. Ya sea por lo civil o lo criminal. Ya sea pasándose por el arco del triunfo las leyes, ya sea disculpando a siete activistas que descubrían la pólvora para atentar contra el propio Parlamento catalán. Fue Iceta, con su abstención, el que rompió esa imagen de unidad que en estos momentos necesitan los catalanes y el resto de los españoles constitucionalistas. Mala pareja de baile escogió Iceta para la ocasión.

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