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El carnaval sevillano

En esta ciudad de la guasa y del malaje nos bastamos con la realidad para reírnos de nosotros mismos

Francisco Robles

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En Sevilla no haca falta ningún Cascana que monte una chirigota para burlarse de los capillitas. En esta ciudad de la guasa y del malaje nos bastamos con la realidad para reírnos de nosotros mismos, aunque la carcajada no salga en público: preferimos la media ... sonrisa en la penumbra de la intimidad. En Sevilla no hace falta montar ningún carnaval en un teatro de ladrillos colorados, porque de ese material está hecho el Tanatorio de la SE-30: lagarto, lagarto de la Catedral… Aquí el carnaval se confunde en formas y en fechas con la cuaresma, con las vísperas jartibles que han provocado una inflación cofradiera digna de estudiarse en alguna facultad de Ranciología. Hasta los ensayos de costaleros tendrá que regular el CECOP para que las calles del centro no terminen «acolapsás», como diría Donmanué.

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