sol y sombra
Magnificus
Para dar interés a la elección, los candidatos a rector deberían debatir vestidos de péplum y moderados por los Monty Python
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Iniciar sesiónLa adaptación cinematográfica de 'La semilla del diablo', título en traducción libérrima que en los países hispanohablantes se puso a la novela de Ira Levin 'Rosemary's Baby', fue toda una premonición autobiográfica de Roman Polanski, uno de los primeros artistas a quienes el detritus ... biempensante 'made in USA' honró con la cancelación. De los Estados Unidos, cabeza del imperio, terminamos importando todas las modas en estas remotas provincias ulteriores y así ocurrió también con lo woke, el totalitarismo facineroso que la mismísima perra de Satanás sembró en los campus norteamericanos, alcantarillas donde hoy se recuece un caldo podrido, sectario, inquisitorial, identitario y, lo que es peor, renuente al conocimiento.
A la espera de poder replicar el método que permite a la enseñanza superior estadounidense formar a más de la mitad de los Premios Nobel concedidos en lo que va de siglo, la universidad pública española (y la de Sevilla, recientemente) ha importado de allende el Atlántico el truño asambleario que consiste en celebrar unas elecciones a rector que harían palidecer de envidia a la mitad de los alcaldes de España: sufragio universal para un cuerpo de más de 65.000 votantes y siete candidaturas, tres de las cuales se han esquejado del gobierno saliente. ¡Y aún nos quejamos de la lid electoral de La Macarena! La campaña, en consonancia con esta era dorada de la política barriobajera, ha sido un festival de reproches y navajazos. Pueden ir colgando en la galería de rectores un cuadro del Tempranillo, para ganar tiempo, porque los retratará a todos por igual de cara a la posteridad.
Los resultados de la primera vuelta son de lo más esperanzadores: sólo han votado 14.608 de los 65.545 llamados a las urnas, lo que significa que casi el 80% de la población universitaria sevillana ha acogido esta elección con «»descriptible entusiasmo», según contó César González Ruano que lo recibieron los vecinos de Guadalajara, porque probablemente estén en afanados en las labores propias de su condición: la satisfacción de las pulsiones hormonales, en primer lugar, e ir sacando alguna asignatura adelante si queda tiempo. Hay que cuidarse de los estudiantes comprometidos con la política porque les ocurre como a Iñigo Errejón, que se les pasa la edad del fornicio repitiendo las gilipolleces de Laclau o de cualquier otro pesado y llegan a los cuarenta hechos unos guarros. Mejor cada cosa a su tiempo.
Contenderán en el balotaje del día 10 la (dizque) continuista Carmen Vargas frente a José Luis Gutiérrez, el (presunto) plenipotenciario de María Jesús Montero para la cosa académica. Estará en liza el cargo de rector, que lleva aparejados el tratamiento de Excelentísimo/a Señor/a y el epíteto Magnífico/a. Para tratar de incrementar la magra participación del 22%, deberían debatir vestidos de péplum y moderados John Cleese o por cualquiera de los componentes de Monty Python: Pijus Magnificus frente a Incontinentia Summa. Gaudeamus.
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