En las mismas puertas

Las imágenes del asalto a la ciudad de Ceuta por jóvenes marroquíes son realmente impactantes. Y para muchos forman parte de la respuesta a la pregunta de arriba. No son imágenes intimidantes por ser novedosas. Se han repetido durante estos últimos años con demasiada frecuencia. Tanta que los ceutíes han declarado en muchas ocasiones que la desmoralización ciudadana es un hecho y que la inseguridad en la que viven no es menor que la que neurotizan a los habitantes de fronteras en conflictos irreversibles. Muchos ceutíes y melillenses, ante la fragilidad y vulnerabilidad de nuestros puestos fronterizos, han clavado sus ojos y su seguridad en saltar el Estrecho e instalarse acá. Es la consecuencia inmediata de sentirse como los romanos cuando vieron a Aníbal y sus ejércitos de elefantes acampados a las puertas de la ciudad eterna.

La pregunta, al margen de cualquier tentación colérica por la ventajista actuación de las autoridades marroquíes, que no se ganan lo que reciben de España y la Unión por mantener un razonable orden en el magma migratorio fronterizo, es si tiene solución el asunto. Si me permiten el salto de escenarios, en los ochenta, Fidel Castro, cada vez que entendía que los yanquis se ponían estupendos, abría las puertas de las cárceles y organizaba una balsería popular enviando para Miami a miles y miles de deshechos sociales y expresidiarios. Si nuestro socio preferente en África es tibio y ventajista en sus movimientos políticos e imita a Castro enviándonos a Ceuta lo mejor de sus calles para apretarnos ahora con Canarias como antes con el Sáhara, con Pegasus o sin Pegasus, ya podemos ir pensando que los ceutíes que compran casa en Cádiz o Málaga lo hacen convencidos de que no habrá Escipión el Africano que detenga a Aníbal a las puertas de Roma…