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PÁSALO

La pasión de un derbi

Ganar un derbi es ganar un año más de vida

Félix Machuca

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Los pocos veteranos de guerra que nos quedan en el vestuario han cogido por el cuello de la camisa a los nuevos y los han puesto al día. Al día y en hora. Instruyéndolos en una disciplina fundamental que todo sevillista domina cuando se gradúa ... en escudo, bandera y afición. Los han mirado a los ojos para sacarlos del limbo en inyectarle el veneno necesario para no hacer el panoli en el campo. Por muy retrasado que sea su fútbol o rupestre su entendedera. Oye, chaval, mira, este partido no vale solo tres puntos. Este partido contra los vecinos es algo así como una vacuna contra la viruela del desafecto o como el derecho de pertenencia a la tribu. Si sales ahí afuera en busca del león y eres capaz de reducirlo y traernos la piel, ya eres sevillano y sevillista de por vida. Aunque hayas nacido en Kinsasa o en Oslo. Sevillano de San Bernardo, de Nervión o de la plaza Nueva. Blanco y rojo como las bufandas que han abrigado al equipo en sus logros europeos. Así que entiéndelo bien, chaval. Los ojos hoy no están para ver. Están para intimidar. Para que el contrario te vea tan convencido del color de tu sangre que te tome por majareta.

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