PÁSALO
A quién le interesa eso
Los hay que piensan que nunca se llegará a un acuerdo en Gibraltar porque no le interesa a nadie que cambien las cosas
La reunión era al más alto nivel en Bruselas. No se trataba de tomarse unas pintas en un pub de Oxford street. Sino de desbloquear el atasco gibraltareño y alcanzar un acuerdo que es de vital importancia para la comarca del Campo de Gibraltar y ... empezar a construir para todos esa arcadia feliz que le han llamado zona de prosperidad compartida. Una vez más la cumbre fue un exitoso fracaso. Tantos son los cosechados en el empeño que los hay con el colmillo bien retorcido y con muchos trienios de sabia malicia. Que defienden que nunca se llegará a un acuerdo porque no le interesa a nadie que lo haya, que las cosas tiran como están y que mientras haya perdices que marear con el trapo de la política, pues se marean, se hacen pequeñas concesiones y la zona de prosperidad compartida se convierte en un anhelo para los andaluces de la comarca y en un juego de trileros para los roqueños. No sé si el del colmillo llevará razón. Pero la realidad es muy tozuda y el éxito de todas estas mesas de negociaciones ahí están.
Alguien debería saber lo que sostienen el ex diputado europeo García Margallo cuando quiere proyectar luz sobre las zonas menos luminosas del peñón. Por ejemplo: es la tercera economía del mundo sin más recursos naturales que una panda de monos muy desagradables y unas cuevas riquísimas en material genético de los últimos neandertales en Europa. Más allá de estos dos datos precisos, la roca sobrevive divinamente gracias al dumping fiscal que ejerce, al contrabando tabaquero que arropa con bendiciones piráticas y al número de empresas de juego establecidas en su registro. Les sobran las libras para vivir dichosamente, bien protegidos por la marina inglesa y con centros de salud y zonas de ocio marca Costa del Sol, al alcance de un paseo turístico. ¿Por qué razón tendrían que cambiar de situación? ¿No gozan ya de una zona de prosperidad compartida por los propios llanitos?
Picardo asegura que quiere abrirse a un mercado de cuatrocientos cincuenta millones de personas mediante su integración en el llamado espacio Schengen. Pero para alcanzar esa golosa tarta, donde es libre la circulación de personas, bienes y mercancías, debe ajustarse a las condiciones que empresas y trabajadores de la Unión se someten. Y no parece muy dispuesto, visto lo visto tras toda la serie histórica de reuniones mantenidas. Para colmo, Gibraltar, no está ni en el Cantábrico vasco ni en el Mediterráneo catalán. Está demasiado retirada de los centros de poder peninsulares. Y da la sensación de que el problema solo interesa en la comarca gibraltareña. Basta un dato: no fue noticia de jerarquía en ningún medio de comunicación. Interesa menos dos. Salvo a los andaluces que trabajan allí por la mitad de dinero y con una futura pensión más baja que la de los llanitos. Y cada vez parecen más abandonados…
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