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Quemar los días

La invasión de los cachocarnes

Están por todos lados. Cuídese de ellos, aunque más de uno acabará de alcalde

Daniel Ruiz

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Están por todos lados. Y adquieren formas diversas. Aunque sienten cierta predilección por los tatuajes. Les gustan mucho por el cuello, aunque también en las pantorrillas; los meses de verano son propicios para su aireamiento. Si son del Betis o del Sevilla, suelen tatuarse los ... escudos, a veces con aderezo de detalles, como una Giralda, Santa Justa y Santa Rufina o incluso una Macarena o un Gran Poder. Si no son del palo futbolero, es posible que opten por indios, lobos aulladores o macizas de videojuego. También tienen querencia por los anillos, por supuesto gruesos, y pulseras de oro o de plata, los más atrevidos aderezan su outfit con cadenas de cordón gordo al cuello como varales de paso de palio. Que no falte tampoco un buen peluco dorado. Y sin distinción, todos están abonados a los peladitos de barbers sableadores, a cuál más elegante.

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