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LIBERALIDADES

El señor Ratzinger y el Señor

Intelectual de los que ya no quedan, religioso de los que integran todas las dimensiones de lo humano, flor última de la Europa que nos define

Juan Carlos Girauta

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Noventa y cinco años: primero estudio, luego luz cegadora, luego alarma y silencio. La coexistencia de dos Papas parecía inimaginable, nadie había renunciado a la vicaría de Cristo en 600 años. En realidad, lo de Benedicto XVI es único en la historia de la Iglesia ... justamente porque esa renuncia, de por sí excepcional, es la única ajena a contextos conflictivos, los que conllevan cismas y prisiones. Por eso hay otro modo de contemplar la rareza: el señor Ratzinger, intelectual de los que ya no quedan, religioso de los que integran todas las dimensiones de lo humano sin forzamiento ni contradicción, flor última de la Europa que nos define sin que lo sepamos, es elegido por el Espíritu Santo y se dispone a cumplir su papel, casi inconcebible para un creyente y directamente incomprensible para un no creyente. Metido en harina, se encuentra rodeado de lobos, por usar la expresión de 'L'Osservatore Romano'. Alguien como él no miente, y sabe que callar del todo equivaldría a faltar a la verdad. Comprende que no tendrá fuerzas suficientes para enfrentarse a lo que ve: hay días en que «Dios parecía dormido», dirá.

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