1 DE DICIEMBRE

¿Justicia feminista?

Los lectores comentan hoy sobre que la justicia debería ser imparcial y sin ideologías, y sobre los sindicatos

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Irene Montero aplaudió a la nueva fiscal general del Estado por aplicar, según ella, «justicia feminista». Me pregunto qué clase de perversión es esa de 'justicia feminista'. En una sociedad sana y no intoxicada, como la nuestra por la cultura 'woke', decir 'justicia feminista' nos ... debería sonar tan mal como si dijésemos 'justicia machista'. La justicia no debe tener ningún apellido. No existe la justicia feminista, ni popular, ni democrática; existe la justicia a secas, y cualquier apellido que se le ponga desvirtúa su pureza y la vicia.

La justicia no debe perseguir más fines que juzgar los hechos con absoluta independencia, sin estar condicionada por ideología alguna. No en vano, desde el siglo XV la estatua que la representa lleva una venda en los ojos para simbolizar su equidistancia con respecto a las personas juzgadas, de las que debe estar libre de todo prejuicio. Como afirmó Montesquieu, «la justicia hecha para uno solo es una amenaza para todos» Lo mismo se podría decir que la justicia hecha para un determinado colectivo en detrimento de otro constituye una amenaza para aplicar una justicia imparcial, porque se están vulnerando los principios básicos de igualdad ante la ley y de presunción de inocencia.

Es una aberración, en nombre del feminismo, justificar que las mujeres gocen de privilegios legales en detrimento de los hombres, al igual que fue una aberración justificar en nombre de la sangre o de Dios que los nobles y el clero gozasen de privilegios legales en detrimento de los demás estamentos de la sociedad antes de la Revolución Francesa.

Los privilegios legales en España, sin embargo, no solo se limitan a las mujeres: hay numerosísimos altos cargos y parlamentarios españoles que gozan de aforamiento, anomalía jurídica que, aparte de fomentar la corrupción, constituye un privilegio intolerable frente a los que no lo tenemos. Para que la justicia sea ecuánime debe estar alejada de toda suspicacia y de todo prejuicio, y el feminismo está tan lleno de prejuicios como el machismo: ambos intoxican a la justicia por igual. Cualquier apellido que se le imponga a la justicia es demagógico, populista y peligroso, porque solo sirve para justificar en su nombre cualquier tipo de injusticia y abuso de poder.

Javier Sanz Gómez. La Coruña

¿Y los sindicatos?

La manifestación del pasado domingo convocada por la Plataforma por la Dignidad de los Autónomos reunió a miles de profesionales ahogados por impuestos y sin protección. Lo más sorprendente fue la ausencia de los sindicatos mayoritarios, en especial UGT y CC.OO., que además reciben amplia financiación pública. Resulta difícil entender que quienes dicen defender a los trabajadores ignoren a uno de los colectivos más castigados. Y uno acaba preguntándose si su silencio no tendrá que ver con su dependencia del Gobierno.

Antonio Moreno. Madrid

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