Junts y la cuestión de confianza

Al final, la propuesta de Nogueras fue retirada, seguramente porque los parlamentarios, sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico, no pueden votar esperpentos. Pero en febrero quedó claro que Junts dudaba de que Pedro Sánchez conservarse la confianza del Congreso de los Diputados.

Es raro que cinco meses después, con la que está cayendo, Puigdemont no resucite aquella cuestión de confianza. Creo que Puigdemont confía en Santos Cerdán y le cree a pies juntillas, sobre todo cuando el exsecretario de Organización del PSOE asegura que está en la cárcel no por corrupciones y amaños en los contratos tramitados en los departamentos ministeriales del Ejecutivo de Pedro Sánchez, sino que es otro preso político. Como Puigdemont. Y Tezanos también parece insinuar lo mismo. En conclusión, Sánchez se ha equivocado al despreciar a Cerdán, porque también ha despreciado a Puigdemont.

José Luis Gardón. Madrid

La política ha enmarañado el ambiente de la Comunidad Valenciana en la cuestión lingüística, pues nunca antes hubo tensiones por este motivo, y el respeto hacia las dos lenguas era total en la calle y en las familias.

Pero tuvieron que aparecer los 'progres' catalanistas, que sibilinamente fueron metiendo sus zarpas sectarias en los colegios, hasta el día de hoy, incumpliendo flagrantemente lo que al respecto dispone nuestra Constitución, o sea, respetar la sagrada libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos.

Las autoridades pueden incentivar y proponer cualquier manifestación de cultura, como la lengua, pero nunca imponerla. Las lenguas propias de las autonomías bilingües han pasado de convertirse en un derecho para los padres que quieren que sus hijos estudien en ellas, a una imposición para los demás, creando unas barreras lingüísticas y sociales para el conjunto de la población.

Volviendo a nuestra comunidad, la gestión actual del Partido Popular ha sido deplorable, pues ha intentado quedar bien con todos, y al final el ambiente social sigue igual de tensionado.

Y pongo solo dos ejemplos de su ineficaz gestión: la mayor parte de la cartelería informativa de la Generalitat, del Ayuntamiento y de la EMT (la empresa de transportes) sigue en valenciano, y lo peor de todo: en los colegios han diseñado unos nuevos planes de enseñanza que hasta en los clasificados como de preferencia castellana siguen castigando a los alumnos con asignaturas importantes en valenciano. ¡Una absoluta vergüenza!

Pablo Domingo Vela. Valencia