columnas sin fuste
El régimen se prepara el futuro
La pérdida de la cronología da pavor, es de pesadilla
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Iniciar sesiónCon este Gobierno no damos abasto. Cada día hay varias noticias a las que no se puede reaccionar. Su velocidad para el dislate multiplicada por la potencia de su propaganda es superior a la capacidad de respuesta.
Entre ruina, traición y corrupciones, nos enteramos de ... los planes del Gobierno para acabar con el estudio cronológico de la historia. En el total de la semana esto parece una fruslería, una cosita de pedagogos, pero es grave.
El destrozo y olvido de la historia española parecía responder a un plan. Romper la genealogía nacional, el interés por el pasado y el futuro del país. Nos debía bastar con saber que el PSOE trajo el orgasmo, los hospitales y la libertad. La preocupación por la continuidad de España es, en sí misma ya, subversiva. Es más, esta preocupación por el tiempo, este vivir en el pasado hacia el futuro, es algo ya exclusivo del conservador.
Pero el propósito actual de la moderna pedagogía gubernamental parece ir más allá. Si la Humanidad es el sujeto actual del globalismo humanitarista, y la Humanidad vive en la historia, se manifiesta allí, ¿qué efectos tendrá degradar aun más su aprendizaje? Es paradójico que la pedagogía de la izquierda rompa con la cronología y la linealidad de la historia. Adiós al progreso, a su sentido emancipatorio.
La pérdida de la cronología da pavor, es de pesadilla. Para recordar necesitamos, lo explicaba ya Aristóteles, un punto de partida. Recordar es un proceso que necesita hitos que activan una secuencia, un proceso. Por eso detrás de la cronología no hay solo fechas, hay una secuencia, o el vestigio de ella que queda en nosotros. Eliminarla es también eliminar una causalidad y, en último término, la lógica.
La cronología es necesaria para la propia vida. A medida que envejecemos, la propia biografía necesita fijar fechas, referencias, incluso hechos políticos. ¿Cómo comprender nuestra vida sin recordar que la crisis económica llegó en 2008, que Solbes la negó en aquel debate? Desde 2007-2008 hasta 2022 han pasado quince años, una generación; vivimos aquella crisis, de la que no nos recuperamos, y ahora encaramos la actual. Entre medias, el ‘procés’.
Incluso lo evidente, esta degradación de la vida española, requiere fechas, una señal en el camino de tomar conciencia.
Pero la izquierda elitaria ya no quiere fijar ni el 1789 en las cabezas de los infantes. Ya no les hace falta. Ni siquiera pueden sentirse herederos de un idea política en nombre de un sujeto llamado humanidad. También eso va fuera. Ahora el niño crecerá en una historia de buenos y malos, en el líquido amniótico de su psicología y sexualidad.
Es atroz, pero la capacidad del régimen para parasitar el país es infinita y refinada. Con nosotros ya pudieron, y hace mucho que trabajan el futuro: la deuda garantiza un pueblo pobre y lacayo, y una educación absurda hará a los españoles más tontos (si cabe), y más dóciles, rehenes de un presente confuso.
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