¿Por qué no se hacen más carreteras con neumáticos reciclados?

Los hechos, entonces y ahora, están muy lejos de esa realidad, con apenas una utilización en 2015 de tan solo un 1,2 % del uso potencial que podría tener en toda España. Todo ello a pesar de los esfuerzos de algunas pequeñas compañías por desarrollar definitivamente el empleo de un tipo de mezclas bituminosas cuyas prestaciones, tanto por su durabilidad como por las mejoras de su conservación y mantenimiento, son más que evidentes.

Si hacemos un análisis objetivo de las ventajas que aporta la utilización del polvo de neumático en mezclas bituminosas y sin llegar a ser exhaustivos en el mismo, se identifican hechos importantes contrastados con las numerosas experiencias en proyectos ejecutados tanto en España como en otras partes del mundo. Las especiales características de flexibilidad del caucho son transmitidas de alguna forma al asfalto para dotarle de unas prestaciones técnicas ideales para su uso en una amplia tipología de carreteras. En concreto, son mezclas que se comportan mucho mejor ante las deformaciones provocadas por el paso de los vehículos, reduciendo sustancialmente la aparición de grietas y roderas y mejorando con ello el ciclo de vida completo de la carretera.

Siendo esto así, ¿a qué se debe esta contradictoria situación? No resulta sencillo explicar lo que ocurre, ya que no existe una causa única que explique este consumo tan bajo, ni siquiera la crisis. Pero la realidad es lo que evidencia y se puede decir que estamos desaprovechando una gran oportunidad de hacer las cosas bien, preservando recursos materiales, económicos y ambientales .

En un análisis más detallado de los porqués, en primer lugar está la dificultad de hacer que todo el personal con responsabilidades directas en las carreteras, tanto en las distintas administraciones como en empresas constructoras, sea consciente de la existencia de la solución y sus ventajas, para que se tengan en cuenta en el momento de la redacción de los proyectos técnicos, tanto de nueva construcción como de refuerzo y por supuesto en su posterior ejecución. En este sentido, son muchos técnicos los que han accedido a la información a través de los esfuerzos desarrollados por entidades sin fin de lucro en su comunicación a través de expertos del sector, para la difusión de estas tecnologías.

A pesar de que algunas administraciones se lanzan políticamente a dar el paso de plantear en sus pliegos la utilización de mezclas con polvo de caucho, muchas de las obras planteadas acaban por ejecutarse con mezclas convencionales, como consecuencia del diálogo posterior de quienes tienen que ejecutar la obra con los responsables administrativos de la misma. Entre las razones para la modificación de los proyectos se esgrimen la falta de información, de experiencia o de medios. Sin embargo, es la falta de compromiso con soluciones que, aunque puedan parecer novedosas, dejan ya atrás varias décadas de desarrollo, incluso en nuestro país, las que se encuentran detrás de esto, por parte de técnicos que se sienten cómodos en su zona de confort y evitan cualquier incertidumbre , cuando no se priorizan otro tipo de intereses comerciales.

Las mezclas bituminosas con polvo de neumático ofrecen múltiples soluciones técnicas, como las reducciones de espesor de la capa, la alternativa a una modificación en profundidad de una vía deteriorada, o la dotación de mayores prestaciones de capas equivalentes, pero sobre todo se trata de soluciones con un componente importante de sostenibilidad en el más amplio sentido de la palabra ( reducciones de ruido de rodadura , ahorros de materiales, mejora de la huella ecológica , etc.). pero para llegar a estos beneficios es preciso salir de esa zona de confort en la que comerciales y técnicos de empresas de toda la cadena de valor y funcionarios de las diversas administraciones públicas se encuentran asentados.