El CO2 presente en el agua impide a los peces detectar a sus depredadores
Multiplicando por cinco su probabilidad de morir
EFE
La acidificación del agua, cuando disminuye el pH, genera «discapacidad sensorial» en los peces: les impide detectar el olor de sus depredadores e incluso se sienten atraídos por éstos, quintuplicando su probabilidad de morir, afirma un equipo de investigadores de la Universidad James Cook ... de Australia en un estudio publicado en la revista Nature .
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Los científicos analizaron el comportamiento de los peces que habitan en un arrecife de coral de la costa de Papúa Nueva Guinea, donde el CO2 procedente de la atmósfera había reducido el pH del agua de 8,14 -la media de las aguas superficiales- a 7,8. El Plenario del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) estima que el agua superficial de los océanos tendrá un pH del 7,8 en el año 2100.
Modificar el bicarbonato de los tejidos
Los peces tienen una gran capacidad olfativa, son capaces de reconocer el aroma que surge cuando un pez ha engullido a otro, y evitan las aguas en las que se ha producido tal circunstancia. Sin embargo, los peces de aguas ácidas se sienten atraídos por ese olor, y no lo asocian con un comportamiento temerario. Esta «anormal» conducta observada en los peces en contacto con dióxido de carbono es idéntica a la detectada en los experimentos previos acometidos en el laboratorio.
La incapacidad de percibir el riesgo por parte de los peces de aguas ácidas no ha provocado un aumento de la mortalidad dado que el número de peces grandes depredadores es menor en esas aguas contaminadas que en los arrecifes de coral puros.
Si la emisión de gases de efecto invernadero continua, la presencia de CO2 filtrado en los océanos se incrementará, y los bancos de peces vivirán «un serio problema» en el futuro, «cuando la acidificación del agua se extienda», advierten los investigadores.
La Universidad James Cook evaluará próximamente si los peces son capaces de adaptarse a aguas más ácidas; trabajos anteriores apuntan a que podrían aclimatarse a través de un cambio en los niveles de bicarbonato de sus tejidos.
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