«Sakhalin Energy ha retrasado hasta 2017 la decisión de construir una plataforma petrolera adicional, lo que significa que las ballenas estarán seguras, al menos, hasta 2020. Y nos proporciona más tiempo para tratar de convencer a la compañía sobre las bondades de paralizar el proyecto por completo», explica Aleksey Kniznikov, coordinador del programa Petróleo y Gas de WWF-Rusia .
La plataforma petrolera Sakhalin-II iba a erigirse próxima al área que las ballenas grises visitan durante el verano para alimentarse, localizada en el denominado «Extremo Oriente ruso» (entre Siberia y el Pacífico), donde ya existen dos instalaciones similares.
«Parece una victoria, pero no lo es: Exxon Neftegas Limited (operador de Sakhalin-I y subsidaria de la norteamericana ExxonMobil ) está planeando construir un muelle temporal en la misma demarcación. WWF está intentando que la empresa energética dé con otra alternativa para trasladar la carga hasta la orilla», comenta Kniznikov.
«La ballena gris tiene mala vista y se orienta con el oído para encontrar bancos de peces. Los vertidos de crudo, además, en las glaciales aguas subárticas resultarían catastróficos, dada la complejidad que entrañaría su limpieza. Estos extraordinarios animales y sus crías deben comer suficiente durante el verano para aguantar su larga migracion hasta Baja California», detalla la ONG conservacionista en una nota.
Una pequeña victoria para las 150 ballenas grises del Pacífico noroccidental
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