Final femenina

Sharapova, por fin reina en Madrid

La rusa levanta un mal set y vence en la final a Simona Halep para levantar su primer título del Mutua Madrid Open

Sharapova, por fin reina en Madrid Belén díaz

Laura Marta

Maria Sharapova vive su tercera remontada de la semana para hacerse protagonista de la foto de portada en Madrid. Desterrado su límite, Serena Williams , supera a Simona Halep por 1-6, 6-2 y xx-xx para que el cielo de la Caja ... Mágica se abra para ella.

Cada tenista tiene sus rutinas. Las botellas de Nadal, el pasito de Sharapova. En Madrid se ha descubierto la de Simona Halep : el pasillo de la concentración. Gane o pierda el punto, la rumana clava la mirada en sus pies y pasea, siempre con la misma cadencia, hacia el lado que le toque restar. Ni más rápido cuando gana, ni más lento cuado pierde. Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Suele necesitar muchos porque los suyos son pasos pequeños, pero llegan a todas partes. Maria Sharapova lo comprobó en sus carnes en el primer set de la final femenina del Mutua Madrid Open.

Era la primera vez para Halep en una cita con tanta envergadura y, sin embargo, parecieron intercambiarse los papeles en una primera manga que solo duró media hora. Perdida en un océano de golpes y una compleja red de defensas agresivas a sus ataques, la rusa se encontró con derechas que no parecían llevar demasiada potencia, pero escondían un veneno en forma de efecto. No encontró recursos porque, acostumbrada al golpe plano, la pelota que recibía botaba poco y profundo, muy difícil de responder por encima de la red. Su saque no ayudó, con cuatro dobles faltas que terminaron por desquiciarla.

El público pedía más, aletargado por la hora de la siesta, por el calor, por la aparente facilidad con la que Halep parecía que iba a ganar. Surgieron los gritos de "Maria" cuando vio que la semidesconocida les dejaba sin recreo. Y Sharapova contestó. Iba a haber más partido. Mucho más. La rusa planteó el segundo set desde su propio juego. Si Halep no le dejaba hallar los ángulos, seguiría golpeando hasta el fallo de su rival. Y, por tanto, correría lo que hiciera falta, acostumbrada como está a que sus contrincantes cedan en el primero de sus ataques. Aunque también pudo comprobar que a la rumana había que ganarle dos, tres y hasta cuatro veces si era preciso.

Dese su banco la alentaban para que fuera hacia adelante. Su mirada, desquiciada en el primer set, se centró en su víctima. Con sus, por fin certeros drives, la rusa agrandó la pista, la misma que Halep había hecho a su medida en el primer parcial se le comenzó a hacer enorme para sus piernas. Más rápida en sus movimientos, más abiertos sus golpes, más determinación por fin para la tenista que llegaba a la final de Madrid con diez victorias y cero derrotas en tierra. Buen ejemplo de su reacción guerrera se vivió en el segundo break del segundo parcial. De 0-40 a juego y un puño cerrado con rabia desenfrenada. Ya no bajó el pistón a pesar de que volvió a perder su saque para meter presión en su raqueta. No se amilanó y su último grito resonó en la Caja Mágica porque ella es ahora su dueña.

Sharapova, por fin reina en Madrid

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