Multas de 800 euros por rodar con los neumáticos en mal estado

Es frecuente encontrarse neumáticos con desgaste irregular, consecuencia de un mal equilibrado, los defectos de estado como ampollas o deformaciones e incluso encontrar ruedas con una profundidad del dibujo por debajo del mínimo legal. Algo que afecta también a nuestro bolsillo, porque detectar un problema en una rueda supone necesariamente cambiar su pareja por motivos de seguridad -para evitar la diferencia entre la profundidad de las bandas de la rodadura- y la sustitución del par delantero es algo más caro que el trasero.

Pero habitualmente supondrá más de 200 euros y el coste medio de cambiar los cuatro neumáticos y su equilibrado ronda los 500 euros en nuestro país. Sin olvidar las multas, ya que la DGT sanciona con 200 euros cada rueda dañada, así que pueden alcanzar un importe de 800 euros en caso de afectar a los cuatro neumáticos.

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Por lo tanto, para evitar estos y otros problemas, Wabi subraya las claves más importantes para comprobar el estado de los neumáticos. En primer lugar, comprobar su desgaste y hacerlo a conciencia porque a pesar de que incorporen testigos de para comprobar la profundidad de su dibujo, los testigos se limitan a medir el límite legal, lo que no significa que los neumáticos estén necesariamente en buen estado. De hecho, la DGT recomienda cambiar los neumáticos cuando la profundidad del dibujo llegue a 3 mm, aunque el límite legal es de 1,6 mm. Aunque la banda de rodadura no se gaste, se recomienda como mínimo cambiar los neumáticos cada 4 - 6 años porque el caucho se endurece y pierde sus propiedades de elasticidad y adherencia.

También comprobar regularmente la presión, en primer lugar, porque deben ir correctamente inflados para que la conducción sea segura, pero también para comprobar si pierden aire sin motivo aparente, porque de ser así pueden presentar defectos y que sea necesario cambiarlos.

Asimismo, hay que estar atento a su comportamiento, sobre todo en lluvia o en condiciones de mojado, sentir falta de agarre o la falta de eficacia al frenar son señales de alarma que indican que la sustitución puede ser necesaria. De igual modo, comprobar que no presenten ninguna irregularidad como algún objeto incrustado, bultos o grietas, porque si aparecen es imprescindible proceder a su sustitución.