Así se crean bolsos, mochilas y monederos con los restos de cinturones y tapicerías de los coches

Consciente de las necesidades de la población, en el año 210 se crea la Asociación Borda Viva, e inmediatamente, de la mano del Instituto Renault, comienzan a desarrollar su labor social en el entorno de la fábrica, beneficiando cada año cerca de siete mil personas. El objetivo inicial era ofrecer seguridad alimentaria para los niños de la comunidad garantizando un mejor aprovechamiento escolar, y la generación de renta y capacitación de las familias.

Lo que en un principio comenzó como un comedor infantil pronto comenzó a desarrollar una actividad paralela, primero como centro de formación, y ahora ya encaminada a su autosuficiencia económica. Del comedor surgió un centro de formación gracias al cual numerosas mujeres comenzaron su carrera profesional en el mundo de la hostelería. Ahora el comedor sigue dando servicio a los niños del municipio, pero también funciona como restaurante, en el que se siguen formando y trabajando gran cantidad de mujeres residentes en el entorno de la planta .

Pero un paso más ha sido la transformación de esta asociación, aprovechando sus viejas instalaciones en las que a día de hoy se imparte formación y se trabaja en el diseño y la confección de numerosos artículos, que se ponen a la venta a través de su página web o a través de las «boutiques» y concesionarios de Brasil.

En Borda Viva se forman mujeres en labores de costura y diseño. Son ellas mismas las que con el material de desecho procedente de la fábrica, como restos de tapicerías, aislantes o cinturones de seguridad, crean bolsos, mochilas, portafolios y numerosos artículos que en breve incluso podrían legar a las tiendas de la marca en París. El objetivo es conseguir que Borda Viva sea auto suficiente , y al mismo tiempo sea un centro de formación para las personas que más adelante se pueden incorporar a la propia fábrica de Renault, o a alguna de las numerosas de las empresas auxiliares que dan servicio a esta planta.